Llorente dio la puntilla ayer y Florentino sentencia al defensa: no seguirá en la temporada 24/25
Su continuidad en el club no es una opción abierta para el club
Acabar contrato con un determinado club siempre da pie a valorar una salida del mismo y la cosa se agrava más si el remdimiento de estos jugadores no cumple con las expectativas, algo que refleja la situación que vive actualmente Nacho Fernández en el Real Madrid.
La cadena de contratiempos sufridas por Ancelotti desde el verano pasado con las lesiones de gravedad de Éder Militão y David Alaba obligó a Antonio Rüdiger a aumentar su grado de responsabilidad en el equipo y el alemán no ha defraudado en absoluto. Sin embargo, con Nacho las sensaciones no son tan positivas.
El defensa de 34 años finaliza contrato con la entidad blanca y, cuando parecía en su última campaña viviría nuevamente a la sombra de los mencionados Rüdiger, Militão y Alaba, las lesiones sufridas por todos ellos le obligaron a dar un paso al frente en el último compromiso liguero ante el Atlético de Madrid.
No fue el más vistoso de los partidos disputados el fin de semana, pero el gol de Marcos Llorente en el tiempo de descuento evidenció, una vez más, que Nacho Fernández ya no es ese futbolista que siempre tendía a solucionar los problemas derivados de las lesiones de sus compañeros, los teóricos titulares.
Hace ya mucho tiempo que el defensa español no encadena actuaciones memorables y de ahí que, si ya su continuidad en el Santiago Bernabéu se antojaba complicada por su expiración de contrato, su comienzo de 2024 ni mucho menos ayudará a evitar esa salida. Es cierto que el español es un futbolista sumamente querido en el club y el integrante de la plantilla que lleva más años defendiendo la elástica blanca, pero ni Florentino ni Ancelotti impedirán su salida el próximo verano.
Y es que, más allá del gol in extremis anotado por Marcos Llorente, un gol que retrató a Nacho una vez más, el experimentado defensa se mostró muy endeble a lo largo del choque y, aunque el Atlético de Madrid no consiguió encerrar a los blancos, cada ofensiva rojiblanca era un motivo de preocupación para Carlo Ancelotti por esa debilidad mostrada por la zaga a lo largo de todo el encuentro.