Leo Messi no duda: estos son los culpables de la última debacle
El Barça volvió a hacer el ridículo
Leo Messi salió del último partido del Barça con un enfado terrible, como es completamente lógico. Tiraron a la basura lo que habían conseguido en las anteriores cinco jornadas de la fase de grupos de la Champions League, en las que sumaron un pleno de victorias, y perdieron con estrépito frente a la Juventus de Turín. Y eso que les bastaba con que la diferencia no fuera por más de dos goles, pero encajaron tres, y no obtuvieron respuesta.
En todo momento estuvieron muy por debajo de los de Andrea Pirlo, y Ronald Koeman sale muy señalado, tocado, y casi hundido. Cristiano Ronaldo, con un doblete desde los once metros, se convirtió, una noche más, en la ‘bestia negra’. Aunque mucha colaboración recibió por parte de los centrales, tanto de Ronald Araújo, que volvía tras lesión, y Clément Lenglet. El primero tiene excusa, pues se le notaba falta de ritmo, y su penalti es más discutible. Pero lo del galo ya no tiene perdón.
Lleva unas semanas a un nivel paupérrimo, y hasta Oscar Mingueza, del filial, aporta más seguridad y solvencia defensiva. Está en el ojo del huracán, y no deja de coleccionar críticas destructivas. Muchos creen que no tiene el nivel y no está a la altura de las circunstancias, y debe de irse cuanto antes. No mucho mejor está Miralem Pjanic, que fue titular, a pesar de las declaraciones que hizo, quejándose de su situación.
Pero tampoco demostró merecer más oportunidades de las que goza actualmente. No aporta nada diferente al juego del Barça, en absoluto, y pierde una gran cantidad de balones en la medular. Sin duda, es lógico que los aficionados ya se cuestionen si acertaron de verdad dejando ir a Arthur Melo, para traer al bosnio, que ya tiene 30 años. Y otro recién llegado que genera dudas es Francisco Trincao, a pesar de que empezó de manera ilusionante.
Ni siquiera se ha estrenado como goleador, y, si bien tiene talento, es muy individualista, y no toma buenas decisiones. Koeman le sustituyó al descanso, después de 45 minutos en los que parecía ser un jugador más de la ‘Vecchia Signora’.
Debe de espabilar ya.