Las dos grandes losas que Joan Laporta debe levantar en el Barcelona

A día de hoy parece misión imposible, pero ya lo hizo una vez

Son ya más de 6 meses los que Joan Laporta lleva como presidente del Fútbol Club Barcelona y los problemas no han dejado de sucederse desde que este tomase posesión de su cargo a mediados del pasado mes de marzo.

Ante todos los frentes abiertos que tiene, hay dos circunstancias que evidencian todos los males de este equipo y que ponen de manifiesto que los mejores días del Barcelona están aún lejos de volver a repetirse.

Por un lado hay una estadística que ya pone en situación al primer equipo: con los puntos que lleva acumulados en las 11 primeras jornadas, 16, ningún equipo en la historia de LaLiga ha logrado hacerse finalmente con el título. Más de 90 años de fútbol dan la espalda a este Barcelona. O lo que es lo mismo, el nuevo entrenador del primer equipo, sea quien sea a partir de ahora, tendría que hacer algo que nadie ha logrado antes en casi un siglo de historia. Ahí es nada.

El segundo gran problema que afecta al barcelonismo es consecuencia directa del primero: la asistencia de público al Camp Nou. El pasado sábado por la noche, ante el Alavés, algo más de 37.000 personas acudieron a ver empatar a su equipo. Menos de la mitad del aforo cuando ya no hay ninguna restricción sobre el mismo. Para ver entradas tan pobres tenemos que remontarnos 20 años atrás, hasta el fatídico año 2001, cuando el Barcelona pos Figo deambulaba por LaLiga y por Europa llegando a estar casi un lustro sin título alguno que levantar.

Ahora Laporta tiene ante si la obligación de dar la vuelta a estos dos datos si quiere mantenerse en el cargo la legislatura completa. El presidente ha gastado la bala de la destitución de Ronald Koeman y es consciente de que si las cosas no empiezan a ir bien a partir de ahora, el siguiente será él.

Pero Laporta sabe lo que es vivir una situación crítica y levantarse. Lo hizo en 2003 cuando se proclamó presidente por primera vez y quiere volver a repetir la hazaña. Si rompe la fatídica estadística de los 16 puntos en 11 jornadas lo que está claro es que el público volverá al estadio. Pero el tiempo pasa y el legado de Bartomeu cada vez sirve menos como excusa para los actuales mandatarios azulgranas.