Lamine Yamal y Dembélé dan a Joan Laporta la única buena noticia de marzo, el acierto es antológico

Además, el club ingresó 50 millones por la venta de El Mosquito

No se cerraron grandes incorporaciones el verano pasado en Barcelona ya que este capítulo se ciñó mayoritariamente a jugadores que acaban contrato con sus respectivos clubs, tales como Íñigo Martínez o Ïlkay Gündogan, pero en el apartado de traspasos Joan Laporta sí que tuvo varios asuntos de importancia que atender.

Y es que el PSG entró en escena con fuerza con el fichaje de Ousmane Dembélé en el punto de mira. El jugador francés venía de cuajar una campaña un tanto desconcertante en la que tuvo infinidad de complicaciones para ganarle el pulso a Raphinha y la opción de jugar en su tierra natal, Francia, propulsó que El Mosquito viera con buenos ojos la opción de coger un vuelo con destino al Parque de los Príncipes.

Eso sí, lo que en un primer momento a Joan Laporta le supuso un quebradero de cabeza por la imposibilidad de recomponer una pérdida como esta debido a la crisis económica del club, y a pesar de los 50 millones que dejó el PSG en las arcas culés, hoy se traduce en uno de los grandes aciertos como presidente del Barça… y no solo mirando a la segunda de sus etapas.

Gracias a que Dembélé dejó de formar parte de la plantilla dirigida por Xavi, el míster catalán tuvo menos reticencias para permitir que Lamine Yamal debutara  con el primer equipo culé… y el resto es historia.

Aunque durante el primer tramo de la campaña su falta de gol puso en duda su importancia, el joven internacional español de 16 años se ha echado al equipo a la espalda cuando Xavi Hernández más lo necesitaba y ahora ya se puede decir que, más allá de alimentar la venta de Raphinha el próximo verano, Lamine Yamal se ha convertido en un pilar fundamental en el proyecto.

La cara opuesta la pone aquí el propio Dembélé, quien a pesar de estar siendo uno de los futbolistas de confianza de Luis Enrique en el PSG ha firmado unas cifras de lo más decepcionante hasta la fecha: solo un gol anotado en casi 2000 minutos disputados entre todas las competiciones oficiales.