Koeman y Messi contra su peor pesadilla: 120 kilos para el caos total
El FC Barcelona está atravesando una crisis institucional y deportiva d el que parece no poder salir
La llegada de una nueva temporada está poniendo de manifiesto, con más vehemencia que nunca, las carencias que ha atravesado el Barça a lo largo de los últimos años, unas carencias encubiertas por los títulos ligueros: los árboles han impedido ver el bosque a los culés.
La marcha de Luis Suárez en el último periodo veraniego fue el principio del fin para los blaugranas, un fin que parece que tendrá su punto álgido con la marcha de Leo Messi, que incluso podría dejar atrás Barcelona en enero si el Manchester City hace una intentona por él. La marcha del mejor socio del argentino no sentó nada bien en el vestuario, ya que el uruguayo era uno de los jugadores más queridos por sus compañeros. Más tarde, la dimisión de Josep María Bartomeu puso la guinda al pastel en esta cadena de estropicios, ya que a día de hoy no hay nadie con galones al timón del club.
Para colmo de males, los problemas extradeportivos que está teniendo el equipo no están siendo contrarrestados por los resultados en el terreno de juego. Koeman está sacando los partidos adelante a trancas y barrancas y muchos efectivos de su plantilla están muy lejos de rendir al nivel que se espera de ellos. Leo Messi es el principal foco de las críticas por toda la responsabilidad que recae sobre él, pero Antoine Griezmann no se está queda atrás.
Ya ha pasado demasiado tiempo y demasiados partidos como para el francés siga siendo un mártir al que sus compañeros no ayudan. No, Griezmann ha puesto de manifiesto que solamente él es el causante de su mal juego y de lo poco servicial que está resultándole al club. Si a ello le sumamos que fuera de los terrenos de juego tampoco está sabiéndose ganar a los aficionados por sus declaraciones tan conflictivas, todo hace indicar que su etapa como jugador blaugrana está llegando a su fin. Es una pena, pero será así. Los 120 millones que costó el ex del Atlético de Madrid han sido una de las peores inversiones de la historia del club, y el galo no parece tener intención de dar un vuelco a la situación tan dramática que atraviesa.
Koeman está perdido, ya lo ha probado todo y los problemas cada vez son mayores. Solamente queda confiar en la gestión de la próxima ventana invernal para tratar de incorporar a sus pretensiones y, de paso, revertir la situación de un equipo que se encuentra de capa caída.