Koeman tendrá la última palabra en el futuro de un crack del Barça

Él decidirá si se queda o se va

Carles Aleñá espera hacerse un hueco en el Barça esta temporada, tras su cesión de media temporada en el Real Betis Balompié. Considerado una de las grandes joyas de La Masía, no pudo asentarse en el primer equipo, donde no tuvo continuidad ni las oportunidades necesarias. Por ello, en enero decidió marcharse al Benito Villamarín, para acumular experiencia en La Liga Santander, y demostrar a todos que puede tener sitio en la plantilla.

No se puede decir que haya fracasado, pero tampoco que se haya ganado su regreso al Camp Nou. Ha sido titular, y ha tenido minutos, pero no ha demostrado nada del otro mundo, y se ha contagiado del resto de sus compañeros, pasando sin pena ni gloria estas últimas jornadas. Aún y así, Quique Setién, un admirador confeso de su juego, estaba dispuesto a darle la oportunidad de reivindicarse en el club de su vida. Todo un sueño cumplido.

Sin embargo, la destitución del cántabro ha sido como un jarro de agua fría para el internacional español sub 21. Porque ahora tendrá que pelear por una oportunidad con Ronald Koeman, que se muestra bastante más escéptico, y que no parece tener al de Mataró en sus planes. Pero, a pesar de eso, sí que esperará para tomar una decisión definitiva acerca de su futuro, y antes quiere verle en acción durante la pretemporada. Porque ofertas hay.

Concretamente, desde la Serie A. El Sassuolo ya ha preguntado por Aleñá, y se ha mostrado dispuesto a acogerle a préstamo. Pero es la AS Roma la que más fuerte puja por el de Mataró, y le garantiza, además de un hueco en el once inicial, la posibilidad de disputar la Europa League. Allí coincidiría también con un ex compañero suyo, Carles Pérez, de su misma quinta, y con el que ha tenido la oportunidad de ir quemando etapas, hasta llegar a la élite.

Aleñá lo que quiere es jugar, y, si en el Barça no lo puede hacer, no tendrá problemas en mudarse de nuevo. En menos de 10 días espera obtener una respuesta definitiva de parte de Josep María Bartomeu.

Hay tiempo de sobra.