Koeman sentencia al crack de los 130 kilos: él fuera con otros dos
En el FC Barcelona están desesperados con él
A pesar de ser uno de los fichajes más caros de la historia del club, Ousmane Dembélé se encuentra en la cuerda floja tras el último compromiso liguero del FC Barcelona. Las sensaciones que dejaron tanto él como el equipo han sido devastadoras y Ronald Koeman le ha dará una última oportunidad para demostrar que sí merece enfundarse la elástica blaugrana.
El extremo francés ni mucho menos fue el único culpable de la última derrota, pero tampoco ha demostrado la actitud necesaria para terminar de convencer tanto al entrenador holandés como a Bartomeu. Tras estar en la cuerda floja todo el mercado veraniego con una posible marcha al Manchester United que él mismo frenó, Dembélé ha agotado el poco crédito que le quedaba y le queda una bala en la recámara para tratar de revertir la situación.
Tras tres temporadas en el club en el que ha estado más tiempo en el dique seco por culpa de las lesiones que con disponibilidad para jugar, el habilísimo futbolista galo no ha terminado de encontrar su sitio en la plantilla. 130 millones de euros son los que pagaron los culés por hacerse con sus servicios y 130 millones de razones tiene ahora el Barça para venderle.
Más allá de que su trascendencia en el juego sea escasa, la inoperancia con la que salta al campo no es digna de un jugador que ha costado tanto dinero y que ha dado tantos dolores de cabeza a su club. Bien es cierto que el jugador reaparecía como titular casi un año después, pero las sensaciones que dejó fueron altamente vanas para lo que esperaba tanto Koeman como los aficionados de él.
El partido del próximo sábado frente al Real Madrid será crucial para determinar el futuro de algunos grandes nombres del club ya que, aparte del francés, sus compañeros Antoine Griezmann o Frenkie De Jong también han perdido casi credulidad del técnico neerlandés y solamente un cambio muy significativo podría hacer recuperar la ilusión por ellos. Una ilusión que, sin duda, se ha ido desvaneciendo únicamente por la actitud de los jugadores, ya que la confianza de los entrenadores que han pasado por el club en los últimos años siempre la han tenido.