Koeman dice basta: será la primera vaca sagrada a la que se carga

En el club nadie se atreve a decirle nada por miedo a que dimita

Tremendo el panorama que se está viviendo estos días en Can Barça. La situación de inestabilidad es muy preocupante y no tiene ninguna pinta de que esta disminuya, como pronto, hasta finales del mes de enero en el que llegará un nuevo presidente al club catalán.

Tras unos primeros compases en los que parecía que Koeman comenzaba a dar con la tecla y la transición del Barça ganador de la pasada década empezaba a ver más claro el horizonte, todo se ha nublado en el último mes de competición, donde no han parado de repetirse tropiezos y pinchazos que están provocando sembrar dudas sobre si Koeman es el hombre ideal para sacar todo esto adelante o si, por el contrario, se ha vuelto a depositar la confianza en la persona equivocada.

Pues en pleno momento de dudas sobre Koeman, ha llegado la ruptura total entre el holandés y el centrocampista del Barcelona Sergio Busquets. El pasado sábado, justo al comienzo de la segunda parte, Koeman decidía retirar del campo al ex canterano y uno de los últimos baluartes de aquel Barça campeón de todo junto a Leo Messi. Koeman ha dejado de tener confianza en el futbolista que ha sido intocable durante los últimos 12 años en el Fútbol Club Barcelona y así se lo ha hecho saber al futbolista.

Hasta el momento Koeman había cortado a jugadores importantes en la plantilla como Arturo Vidal o Luis Suárez pero no a una vaca sagrada como es Sergio Busquets. Por el momento, nadie en el club se ha atrevido a contradecir al técnico por miedo a que si le ponen un pero a la salida de Busquets, sea Koeman el que se marche. Ahora bien, habrá que ver qué ocurre cuando el nuevo presidente tome posesión del cargo porque su postura será clave para que salga uno u otro del equipo azulgrana.

Si Busquets y Messi abandonan el club al término de la temporada, entonces sí que se podrá decir que ya no quedará nada ni nadie del Barcelona histórico del sextete y de ese equipo que daba miedo allá por donde iba.