Jude Bellingham lo tendrá difícil, hay otra maravilla que ya le quita el puesto a Modric y Kroos

Indiscutible para Carlo Ancelotti y el Santiago Bernabéu

Quizá la más grata noticia de esta temporada para el Real Madrid, más allá de los tres títulos, de haber alcanzado una semifinal de Champions League otra vez y pese a la debacle de Mánchester o el nivel mostrado por Vinicius Júnior, es la explosión de Eduardo Camavinga, cuya inversión, de 31M y en pleno proceso en la sombra tras el fiasco de Kylian Mbappé, hace dos temporadas parece de las más rentables hechas por el Real Madrid en los últimos tiempos.

El francés, ya sea de pivote defensivo o de lateral izquierdo, incluso de volante, se ha ganado un puesto en el once tipo de Carlo Ancelotti y su estatus en el equipo incluso supera no solo al de su compatriota y amigo, además del fichaje estrella blanco en la pasada temporada, Aurélian Tchouameni, sino también a Toni Kroos y Luka Modric, los cuales van a renovar pero aceptando un papel menos transcendente en el equipo.

Y precisamente ese papel viene dado por la probable compra de Jude Bellingham, jugador estrella del Borussia Dortmund y gran objeto de deseo en el próximo mercado del Real Madrid, que tendrá, si aterriza en la casa blanca, la complicada tarea de sentar definitivamente al alemán y/o el croata y encajar junto al joven futbolista francés, que ya no tiene pinta de salir del equipo titular merengue en los próximos años.

El inglés, Camavinga y Valverde

Si tenemos en cuenta que Fede Valverde es casi inamovible para Carlo Ancelotti tanto en el 4-3-3 como en el 4-4-2, ya que además de organizar con más o menos suerte es un efecto insustituible en los contragolpes, y, como decimos, Camavinga ha de jugar, previsiblemente en su posición, de pivote, Bellingham llegaría el Bernabéu para quitarle el puesto a los dos veteranos jugadores sobre el 4-3-3 y a uno de los dos sobre un 4-4-2. En cualquier caso, al inglés, cueste lo que cueste, todavía le queda camino para ganarse a la grada del coliseo merengue como lo ha hache la bestia francesa de 20 años, ese ex del Rennes que va camino de marcar una época en Chamartín y al que adoran los madridistas.