Jude Bellingham, al rescate para hacer soñar al Real Madrid y Camavinga, condenado por Ferland Mendy
El inglés salvó los muebles blancos y despertó de su sueño al Girona
El Real Madrid viajó a Montilivi con la complicada misión de poner fin al cuento de hadas que estaba viviendo el Girona en este inicio de temporada. El equipo gerundense todavía no sabía lo que era la derrota hasta que los de Carlo Ancelotti visitaron Montilivi, donde iban con la misión de recuperar el liderato perdido ante el Atlético de Madrid y no fallaron gracias a un gran Jude Bellingham que, saliendo al rescate de Camavinga en los primeros minutos, marcó el rumbo de los suyos con gol y asistencia.
Ante la duda, balón a Jude
Cuando Bellingham está sobre el césped, todo es más fácil para el Real Madrid, el inglés no ha tardado en convertirse en la absoluta referencia del conjunto blanco, tanto en ataque, donde es el faro, como en defensa, donde sus apoyos son básicos para ayudar a las líneas más débiles, que en el choque ante el Girona ha sido el carril izquierdo de Camavinga.
El comienzo de partido del Girona fue un arrebato de ritmo, velocidad y hambre por marcar un primer tanto para romper por completo la tranquilidad de un Real Madrid que, pese a ubicar a Camavinga, sufrió mucho en su banda izquierda, donde Couto fue un dolor de muelas junto a Tsygankov. Ahí acudió al rescate un Bellingham que juegue donde juegue es excelente, frenó en seco las acometidas gerundenses y en una acción solo a su alcance descubrió un pase que habilitó a Joselu para marcar el primero y hacer el camino algo más sencillo a los suyos.
Posteriormente, a un segundo tanto a la salida de un córner picado por Kroos y rematado al fondo de la red por Tchouaméni, volvió a ser Bellingham el encargado de cerrar por completo el choque con el definitivo tercer tanto.
Camavinga, no al lateral
Pese a que los problemas de Camavinga se pueden resumir en los primeros compases del partido, se ha vuelto a hacer evidente que ubicar al galo en la demarcación de carrilero zurdo es desperdiciar a un talento descomunal. Es cierto que su capacidad física le permite ser lo que quiera, pero si uno es centrocampista y no lateral es por algún motivo y sin las bases para jugar en dicha demarcación, ante un plan complejo de partido, Camavinga se pierde y además se escapa una auténtica máquina de recuperar balones en el centro del campo, y es que los números hablan solos, 15 de 22 duelos ganados ante el Girona, unas cifras que asustan, pero que lo harían más en el centro. Sin embargo, la falta de confianza en Ferland Mendy y Fran García condena las aspiraciones de Camavinga para ser un centrocampista más