Jorge Mendes se la lía al Real Madrid: traición con un fichaje

Y un jugador de la plantilla tiene la culpa

Jorge Mendes hace un tiempo llamó al Real Madrid, con el que últimamente no ha dejado de hablar. Y ofreció, en aquel entonces, los servicios de uno de sus clientes más interesantes y prometedores, al que auguraba un gran futuro. Su nombre es Fabio Silva, y solo hablaba maravillas de él, a pesar de que todavía no había tenido la oportunidad de afianzarse en el primer equipo del Oporto. Pero no tenía dudas acerca de su calidad y su proyección.

A pesar de su juventud, fue pieza clave para que su equipo ganara la UEFA Youth League en 2019. Y ya ha jugado varios choques en La Liga NOS, dejando su sello en forma de goles. Muchos creen que es el mejor delantero joven que hay a día de hoy, y que está llamado a ocupar el hueco de Cristiano Ronaldo en la selección portuguesa. Florentino Pérez anotó su nombre en la agenda, y parecía bastante dispuesto a presentar una oferta por él.

Eso si, ya avisaron de que no sería nada barato ni sencillo, y costaría unos 45 millones de euros. Pero el polémico agente luso prometió echar una mano al cuadro blanco, y que podía lograr una rebaja en su precio. Zinedine Zidane dejó todo en el aire, y pidió paciencia. Y así quedaron las cosas, hasta que, en las últimas semanas, todo se ha ido al garete. El motivo no es otro que la salida de James Rodríguez, que se irá al Everton de Carlo Ancelotti, por la puerta de atrás.

A Mendes no le ha hecho ni pizca de gracia esto, ni le han gustado las maneras que el Madrid ha tenido de despedir al internacional colombiano. Por eso, se ha tomado la justicia por su mano, y se ha vengado llevándose a Silva, sin previo aviso, al Wolverhampton Wanderers. Allí, tiene un gran poder, y tiene a varios representados, como Rubén Neves, Diogo Jota, Rubén Vinagre… o el entrenador, Nuno Espirito Santo. Casi nada.

Los ‘Wolves’ quieren dar guerra en la Premier League, y han pagado 40 ‘kilos’ por él. Se trata de la inversión más cara de su historia, superando a Raúl Jiménez.

Una presión importante.