Joan Laporta piensa en el regreso de una estrella mundial al Barça

Ya jugó en el pasado en el conjunto azulgrana

Alejandro Grimaldo era una de las grandes joyas de La Masía en su momento, y prometía llegar muy alto. Fue descubierto cuando jugaba en las categorías inferiores del Valencia, y aterrizó en el Barça siendo solamente un niño. Allí, fue escalando peldaños, y quemando etapas a velocidad de vértigo, siendo siempre uno de los más destacados de su generación, y jugando con gente más grande. Hasta que llegó al filial, con el que tuvo la oportunidad de jugar en La Liga SmartBank.

Allí se convirtió en el capitán, y dejó muestras de estar preparado para el primer equipo, pero no confiaron en él. Por eso, decidió marcharse, no sin antes dedicar una rajada de libro a Luis Enrique, el que era el entrenador en ese entonces, algo que ahora le juega en su contra. Porque tiene las puertas de la selección española completamente cerradas. Sin embargo, no se muestra preocupado, y es feliz por la decisión que tomó, firmando por el Benfica.

Porque en la Liga NOS ha encontrado la estabilidad necesaria, y se ha erigido en uno de los mejores de Europa. Un lustro, aproximadamente, hace que está en Portugal, y su crecimiento ha sido increíble. Su velocidad, su proyección ofensiva y su zurda le hacen ser una de las grandes armas de los lisboetas, que meditan su venta, para equilibrar las cuentas, a cambio de unos 30 millones de euros. Pretendientes no le han faltado en todo este tiempo.

Y la opción que ahora ha cobrado fuerza es la de regresar al Camp Nou, para, al fin, hacer su debut en La Liga Santander. A sus 25 años, todavía es joven, y ya tiene una gran experiencia a sus espaldas, y puede ser el sucesor de Jordi Alba, o su suplente. Joan Laporta le tiene en su agenda de fichajes, y está entre los grandes favoritos, por detrás, claro está, de José Luís Gayá. Eso si, habrá competencia para poder cerrar la contratación de Grimaldo.

El Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone o el Manchester City de Pep Guardiola también han puestos sus ojos en él.

No son poca cosa.