Joan Laporta encuentra el fichaje perfecto para la medular del Barça

Identifica lo que le hace falta al equipo

Joan Laporta tiene algunas tareas pendientes en el Barça, pues hay posiciones que necesita reforzar de manera urgente. Se ha hablado mucho del lateral derecho, que es una prioridad, y también del lateral zurdo o del puesto de delantero centro. Pero pocos han mencionado el puesto de pivote defensivo, donde solo disponen de Sergio Busquets. Es cierto que el internacional español ha estado a un buen nivel, y ha dejado atrás las dudas, pero conviene recordar que ya sobrepasa la treintena.

Miralem Pjanic, que fue contratado para acabar con ese problema, ha sido un dolor de cabeza, pues ha estado muy lejos del nivel esperado. Y Frenkie de Jong necesita a un escudero que le cubra las espaldas, para poder dar su mejor nivel. Ilaix Moriba no es ese tipo de jugador, y todavía está algo ‘verde’ como para ser titular. De modo que lo mejor sería acudir al mercado, donde aparece una interesante alternativa, que ya sonó en el pasado: Bruno Guimarães.

En el Camp Nou manejaban informes muy positivos, y se plantearon lanzarse a por su contratación en su día. Peleaban con el Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone, que tenía una opción preferencial con el Atlético Paranaense. Pero, finalmente, su destino no se encontró en La Liga Santander, si no en la Ligue 1, concretamente, en las filas del Olympique de Lyon. Allí, tuvo un impacto inmediato, y no tardó en consagrarse como titular indiscutible.

Fue el faro y el ancla de un equipo que consiguió alcanzar las semifinales de la Champions League, y que esta campaña pelea por el liderato en su liga. A sus 23 años, ya no es ninguna promesa, si no una realidad, y todavía tiene un gran margen de crecimiento por delante. Ya ha debutado con la selección brasileña absoluta, de la mano de Tite, y apunta a estar en la próxima Copa América. Además, tiene nacionalidad española, pro lo que no ocuparía plaza de extracomunitario.

A Laporta le agrada mucho, y no ve con malos ojos su llegada. El problema será su precio, pues pagaron 20 millones de euros por él, y no lo regalarán.

Pedirán, más o menos, el doble.