Hasta Lamine Yamal lo acusa con Thiago Alcántara, por su culpa el FC Barcelona lo puede perder todo
La falta de presión del polaco ha condenado el Barcelona a lo largo de la pretemporada
Si hay algo que se presenta como innegociable en la concepción del fútbol de Hansi Flick y Thiago Alcántara, eso es la presión tras pérdida. El técnico culé es, al igual que Klopp, Nagelsamann o Rangnick, uno de los alumnos de la escuela del Gegenpressing, un estilo de juego que ha surgido y se ha perfeccionado en Alemania y que, tiene por bandera, la presión en campo rival. Algo que Flick quiere implantar en el Barça, pero que, con jugadores como Lewandowski es realmente complicado.
El delantero polaco, a sus 35 años, ya no está en esa plenitud física en la que Hansi Flick lo vio cuando entrenaba al Bayern de Múnich allá por 2020. Esta versión de Lewy es mucho menos capaz físicamente y con un recorrido mucho menor en cuanto a kilómetros, lo que condiciona severamente las opciones de presión del equipo. Y es que, por mucho que Lamine Yamal y el tercer delantero, se lancen con todo a la presión, si el polaco no es capaz de llegar a su zona de acción, es imposible que funcione, dejando así, muchas facilidades en la salida de balón del rival.
Sin grandes alternativas al polaco
Ante esta situación, lo normal fuera que Thiago y Flick optaran por dar menos minutos a Lewandowski para que el polaco, en pequeñas dosis, sí que pudiera aportar momentos de presión fuerte al equipo, junto a su calidad inigualable en la punta de ataque. Sin embargo, el problema radica en que en la posición de nueve no hay nadie que puede llegar a competir de verdad con Lewandowski. Y es que, por buena que sea la pretemporada de Pau Víctor, apostar por él, como delantero centro titular es toda una temeridad que no va a correr Flick a no ser que vea que la falta de presión de Lewandowski se carga por completo al equipo.
Así pues, el gran problema de este Barça, al menos, por ahora, se encuentra en ese trabajo de presión, el cual, con jugadores como Lamine Yamal o Raphinha sí que se puede hacer bien, pero que, con Lewandowski sobre el terreno de juego se convierte en toda una quimera, pues el polaco es incapaz de llegar físicamente a los puntos de presión deseables por Flick y Thiago.