Guardiola pone 100 millones y destruye a la Real Sociedad
Pep Guardiola se decide por un movimiento alternativo y destapa un deseo que sienta como una bomba en la Real Sociedad
Mucho deben de cambiar las cosas para que el efecto dominó no destruya las ilusiones de la Real Sociedad, que además será quien sufra las consecuencias de un movimiento que va a iniciar el Manchester City por 100 millones de euros y un crack que no es Martín Zubimendi.
Lo primero, porque tal y como se asegura, el City va a pagar esas tres cifras por Bruno Guimarães, no por el organizador txurri-urdin y esto, lejos de ser un alivio destapa un benefactor más cercano y quizá poderoso al equipo vasco: el Real Madrid.
El movimiento de los skyblue no es el único, el Arsenal también recula
Hay informes que no solo dan credibilidad al movimiento del City por el internacional con la canarinha, sino que apuntan a que el Arsenal también se retira de la puja y ambos hechos responden a que el Madrid ya ha metido mano en operación y ha tocado hueso en el pivote.
Porque no solo en la operación, también en el entorno del jugador hay aceptación. Aseguran fuentes consultadas que el secretismo es absoluto ya que el jugador tiene contrato en vigor, no quiere dañar a su afición y, sobre todo, aún no tiene nada cerrado con los blancos, pero es evidente que en las últimas horas algo ha pasado.
Una salida en la casa blanca
Por supuesto el efecto Guimaraes se va a expandir también por la Premier League y quizá eso repercuta de forma aledaña en LaLiga, pero si el City va a esperar a Rodri, al que unirá al brasileño en la medular citizen, el Arsenal tiene a Declan Rice y el Chelsea a Caicedo y Enzo, y no solo eso, si Zubimendi prefiere quedarse en LaLiga, el Madrid o el Barça son sus salidas.
En este sentido, las dificultades económicas culés complicarían el pago de la cláusula del donostiarra mientras que Florentino Pérez empieza a ver el camino allanado con la venta de un cada vez más sangrante Tchouameni, al que nadie quiere (Salvo Ancelotti), tiene mercado y puede sufragar con creces el gasto de Zubimendi. El cambio de cromos sería un éxito rotundo en Chamartín; no hay color entre los dos jugadores.