Florentino recibe la negativa más triste: Zizou y Mourinho lo quieren

El Real Madrid es un pujante más en esta pelea

Extraña que el buen momento del Real Madrid sobre el terreno de juego -con ocho partidos consecutivos sin conocer la derrota y, de ellos, siete victorias- se coordine con los primeros grandes líos en materia de renovaciones, unos que pueden traer a Zinedine Zidane y al equipo más de un quebradero de cabeza, ya que hay ciertos jugadores que a día de hoy se antojan esenciales en el esquema blanco y que sin embargo carecen de vinculación más allá de este verano con el club de Concha Espina, lo que levanta el interés, entre otros, de José Mourinho.

Quizá este interés inglés fuera hace días efecto de una mera desestabilización más que una posibilidad real, pero ahora esa situación ha dado un giro y el Madrid parece un pujante más en la lucha por lograr la continuidad de su principal referente en defensa (y capitán del equipo) Sergio Ramos, ya que el entorno del jugador ha dado una sonora negativa a la oferta del club merengue sobre el pacto de renovación por el sevillano. Así, la situación se enquista ya que Florentino Pérez ha cerrado su propuesta: no habrá cambios en ella.

El Madrid ha incluido una proposición de dos años de contrato manteniendo el sueldo actual del futbolista, sin modificaciones, más allá de la rebaja salarial que aplicará a todos sus jugadores, pero el entorno de Ramos no ha aceptado y el contexto, lejos de estabilizarse se complica. Ante todo ello, José Mourinho ha querido meter morro en el asunto y mostrarle al defensa que él y su Tottenham están ahí para tratar de darle una opción B al internacional español.

El problema para Ramos en este asunto es que difícilmente cualquier club, ni siquiera los spurs, parece que vaya a ofrecer una cantidad mejor que la que le propone el Madrid, máximo cuando se trata de un jugador de 35 años. Ahora bien, aunque el zaguero lo sabe, a día de hoy se mantiene firme y deja una incógnita abierta sobre su futuro en pleno mes de enero, una fecha en la que el jugador ya podría negociar con otros clubs. Y este maremágnum coincide con la posible llegada al Bernabéu de Alaba, que no hace más que ahondar en la posibilidad de una salida precipitada de Ramos. Ni que decir tiene que de irse el capitán de esta manera, la afición se lo haría pagar al mandatario. ¿Florentino y el jugador están condenados a entenderse?