Florentino Pérez y su semana clave por Jadon Sancho: un as en la manga

La estrella del Borussia de Dortmund se quiere ir

Quizá Jadon Sancho no haya escogido la mejor ventana de fichajes para elegir dar el salto desde un equipo clásico y de mucho nivel, como es el Borussia de Dortmund, al salto al vacío definitivo: un grande de Europa. Manchester United, Liverpool, Chelsea y Real Madrid pujan por hacerse con el futbolista llamado a disputarle a Balón de Oro del futuro a Kylian Mbappé y Florentino Pérez y Zinedine Zidane tratan de dilucidar si es el momento de un esfuerzo mayúsculo en el peor instante: la crisis por el Covid-19.

Sea como fuere y pese a la pandemia, el jugador y su entorno no quieren esperar más y se van a poner en el mercado en los próximos días, donde esperan que empiece una subasta por su persona y, así, tanto el británico como sus asesores, pueden disponer de tiempo para escoger el mejor destino posible de entre las opciones que más le desean. El ex jugador alemán Dietmar Hamann, conocedor de la Bundesliga, aseguró que Sancho saldrá este verano pese al coronavirus, ya que “continuará existiendo un mercado para los mejores jugadores, como Jadon Sancho; es demasiado bueno para esperar otro año”, dijo a Bild. En este sentido, ahora mismo la Premier League está más cerca que LaLiga de contratarle.

Principalmente porque son tres transatlánticos ingleses los que se hallan tras su pista, y los tres, en mayor o menor medida, están presionando por Sancho. El Madrid no ha hecho un movimiento formal y parece que se rearma estratégicamente para vislumbrar el panorama que se plantea. Florentino sabe que esta semana es clave en el futuro del jugador y quiere jugar bien sus cartas, exponiendo poco al club y vislumbrando cuáles son los límites.

Uno, el salarial; otro, el del traspaso. Si red devils o blues ofrecen una cantidad desproporcionada por el jugador, los blancos (también los reds) solo pondrán sobre la mesa su nombre, historia y escudo: y ese es su as en la manga. Económicamente el Madrid puede hacer una locura, pero mesurada, no una gran locura como la que parece preparan tanto los inquilinos del Teatro de los sueños como los de Stamford Bridge. Hay que esperar.