Florentino Pérez no tiene dudas: ceder llevaría a la ruina del Barça

El presidente blanco está poniendo en práctica todo lo que le ha enseñado el fútbol en estas dos décadas

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, tiene muy claro que no va a aceptar ya un pulso de nadie. Ningún jugador, entrenador o presidente está por encima del club y eso supone actuar como se ha hecho para con el todavía capitán Sergio Ramos. Ni un atisbo de duda: nada de nostalgia y mucho menos pagar por encima del precio de mercado debido a los méritos acumulados por parte del jugador. Lo contrario llevaría a la crisis económica que es lo que le ha ocurrido al Barcelona que ahora preside Joan Laporta.

Durante los últimos años el Fútbol Club Barcelona ha renovado con contratos al alza a los jugadores que llevaron al club a lo más alto en la primera mitad de la pasada década de manera constante. Daba igual la edad de los futbolistas en cuestión y los Xavi, Iniesta, Messi, Jordi Alba o Busquets llegaron a tener sueldos muy por encima de lo que dicta el mercado. ¿Se lo merecían por todo lo logrado? Seguramente sí. ¿Es sostenible en el tiempo? Rotundamente no piensa Florentino Pérez. Tener una plantilla que consume más del 80% del presupuesto, tal y como le ocurre hoy en día al FC Barcelona, es una ruina garantizada.

El aprendizaje que se llevó Florentino de su primera etapa en el Real Madrid también le ha marcado. En aquellos años, la de los Galácticos, que sucedió entre el año 2000 y el 2006, llegaron al club algunos de los mejores jugadores del mundo: Figo, Zidane, Ronaldo, Owen o Beckham fueron el premio gordo en cada uno de los veranos de aquellos primeros años del milenio. Cuando Florentino dimitió en primavera de 2006 dijo aquello de: “he malcriado a mis jugadores”. Algo que le marcó profundamente y que se juró modificar si volvía a ser presidente blanco.

Pues dicho y hecho. Desde 2009, verano en el que Florentino volvió a la presidencia blanca, han salido cuatro pesos pesados del vestuario como han sido eterno capitán Raúl González, Iker Casillas, Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos. Todos ellos se han marchado con un sabor agridulce, cuando no directamente, agrio como Casillas. Pero Florentino se hizo una promesa: primero el club y después todos los demás. Nada de volver a malcriar a sus jugadores y mucho menos concederles contratos que, aunque merecen, pondrían en riesgo la viabilidad del club en los años venideros.

Es una política dura pero, a la vista de los resultados de su segunda etapa como presidente, efectiva.