Florentino Pérez moviliza el hundimiento del Barça ¡Los culés atónitos!

La maniobra es tremenda

Ya nadie en San Sebastián espera que Martin Odegaard se quede al final de temporada en Anoeta. Su explosión, que era a lo que se arriesgaba el equipo vasco cuando se hizo con sus servicios por dos temporadas procedente de una cesión del Real Madrid, ha sido total y desde la Casa Blanca no hay ninguna intención de permitir al equipo txuri urdin continuar un año más con la estrella noruega, que volverá al término de esta al Bernabéu. Pero antes aún hay cosas bonitas por disfrutar para el noruego con la elástica blanquiazul, entre ellas la final de Copa de Rey.

Y la primera, de la que sabe que puede ganar muchos puntos positivos de cara a la próxima temporada, es doblegar con su actual equipo al FC Barcelona en el duelo que tienen los de Imanol Alguacil mañana a las 18.30 (hora española) en el Camp Nou, lo que dejaría la liga española, si el Madrid consigue ganar en Sevilla, muy de cara a los blancos. Esas cosas no se olvidan en el Bernabéu. El escaparate que supone el coliseo blaugrana para un madridista es inmejorable.

Odegaard lo sabe y quiere brillar en la casa de Messi. De él es el futuro y espera poder empezar a dejar huella en el presente, y qué mejor campo que el del eterno rival del Real Madrid para llevarlo a efecto. El noruego, además, nunca ha escondido que el argentino, como es lógico, es un espejo en el que mirarse, lo cual dota a esta cita de un halo aún más especial para el zurdo de la Real, el cual intentará hacer que su luz brille con más intensidad que la del 10 del Barça.

Y para el futbolista hay un acicate más. Florentino Pérez y Zinedine Zidane estarán mirando sus pasos en el partido. De él debe ser la medular blanca en los próximos años y una buena actuación le daría más peso más consistente a su candidatura a estrella de Chamartín. También dijo en su día Odegaard que el Barcelona se interesó por contratar sus servicios. En definitiva, cuando salte al césped azulgrana, Odegaard tendrá todo en su mano para ganar insignias a su solapa, y pocas cosa que perder. Reto mayúsculo, oportunidad de oro.