Florentino Pérez agitó la varita con 31M directos a Anfield: robo al PSG, 20 años e indiscutible
El jugador por fin explota todas sus posibilidades y ya marca territorio
Vinicius Júnior fue clave en Pamplona en la victoria del Real Madrid en El Sadar ante Osasuna, históricamente una plaza tan hostil, que lo fue, como complicada. También Modric aportó su grano de arena, y Rodrygo y Valverde, pero últimamente el que no falla no es ninguno de estos jugadores, sino el gran fichaje del Real Madrid en la 21/22, que fue clave en la pasada Champions League y que esta temporada se ha asentado el once, donde estará en él en Anfield mañana.
Lógicamente no hablamos de otro que de Eduardo Camavinga, que se ha convertido en el jugador más polivalente y eficaz de la plantilla, capaz de suplir a la perfección a Ferland Mendy y David Alaba en el lateral izquierdo, de hacerlo aún mejor que Aurèlian Tchouameni en el pivote defensivo (y aquí el compatriota de Camavinga tiene un problema) o de adelantar su posición y hacer de Modric. Para una cosa, la otra o la de más acá vale su peso en oro el ex del Rennes.
Recuerden que costó 31 millones de euros (hoy está tasado -según Transfermarkt- en más de 55M), que fue pretendido muy fuertemente por el Paris Saint-Germain, al que el Madrid venció en la batalla básicamente porque el jugador quería jugar en el Bernabéu, que solo tiene 20 años y que poco a poco, titularidad tras titularidad, se ha consolidado entre los intocables de Carlo Ancelotti, sea en un perfil o en el otro, y eso lo convierte ya en una pieza de oro y en un acierto de Florentino Pérez.
Decimos que Tchouameni tiene un problema con su amigo y compatriota porque si ya de por si se muestra, por su superior calidad, más seguro en la salida de balón y en los desplazamientos en largo que el otro internacional francés, el ex del Mónaco, además Camavinga suma ahora su enorme capacidad de recuperación de balones, donde puede ser uno de los grandes especialistas de la plantilla. Con eso y su peso físico y presencia en la circulación es el pivote titular de Carletto, y lo es con justicia: Tchouameni se preocupa, el PSG se lamenta y Florentino se frota las manos con el posible indiscutible de Ancelotti.