Florentino asume su mayor fallo y afronta unas consecuencias terribles

No corren buenos tiempos en Chamartín, desde luego

Es un hecho irrefutable a día de hoy, la temporada no ha comenzado nada bien para el Real Madrid. El equipo no tiene una idea firme de juego, muchos de sus jugadores están a años luz de su mejor versión y, para colmo de males, los pocos efectivos que están a la altura del escudo se están lesionando cada dos por tres. Por si fuera poco, Zinedine Zidane parece estar saturado y no tener una solución eficaz para revertir la situación.

La catástrofe es aún mas grave cuando el Real Madrid ha tenido en la última ventana de fichajes la posibilidad de realizar varios movimientos que sin duda alguna le hubieran otorgado otro sabor de boca al equipo. Un equipo que, a día de hoy, está dinamitado. Fueron muchos nombres los que se barajaron como posibles incorporaciones, pero finalmente ninguno aterrizó en Madrid, exceptuando el regreso de Odegaard tras su lesión. Tras haber mostrado unas carencias terribles en la última temporada, la posición del `9`se convirtió en el objetivo número uno de la entidad: Edinson Cavani, Raúl Jiménez y Gerard Moreno fueron seguidos de cerca, pero finalmente no llegaron.

Es precisamente este último el que está dando mucho que hablar, ya que se ha convertido en uno de los jugadores más en forma no solo de España, sino del continente. Aunque no posee el cartel más mediático, el catalán se ha convertido en un puñal en la punta de ataque del Villarreal y ya ha cosechado seis tantos y una asistencia en los nueve partidos que ha disputado en la competición doméstica esta campaña. Ya en la pasada temporada dejó unos números verdaderamente encomiables atendiendo a las limitaciones que tiene el submarino amarillo. Su llegada al conjunto blanco, sin duda, habría dado un giro a las malas sensaciones que dejó la plantilla en el último tramo de la temporada pasada y quizá hoy el equipo no estaría en la situación tan crítica que se encuentra: sin margen de error en la Champions League y a seis puntos del liderato en la liga española.

La mala gestión de fichajes, pues, está pasándole factura dos meses después a Florentino Pérez, que bien no pudo o bien no quiso desembolsar los 30 millones que pedía el club castellonense para dejarle salir, una cantidad insignificante atendiendo a los precios que se pagan actualmente en el mercado: el presidente se tira de los pelos y Zidane no da crédito, están cavando su propia tumba.