Un ex del Real Madrid abre la caja de pandora. ¡Habla por fin!

Comentó la verdad sobre su relación con Cristiano Ronaldo y lo que le dijo a Luka Modric

Cuando dejas de ser entrenador del Real Madrid todos esperan que hables. Que des la cara y digas todo lo que pasado. Es como si no importara nada más. Le pasó el año pasado a Julen Lopetegui. Nadie le preguntaba como estaba, si se sentía bien, fracasado, impotente… solo querían saber cómo era el vestuario, su relación con Florentino, con los jugadores… el puro morbo es lo que verdaderamente engancha a la gente. Mourinho lo sabe bien y por eso es de los que saben manejar los tiempos una vez es cesado de un club. El cómo y el cuándo decirlo. Soltar perlas. Tirar la piedra y esconder la mano. Otros, desafortunadamente para ellos, no tienen ese talento.

Uno de esos es Rafa Benítez. El técnico madrileño llegó al Real Madrid por Carlo Ancelotti. El madrileño no tenía la confianza de la afición cuando llegó. Muchos dudaban de él. Y las dudas se trasladaron desde el primer día a la prensa. Los jugadores tampoco le miraban con buena cara. Le llamaban “el 10” por su nulo pasado futbolístico. No caía bien.

Apenas duró 5 meses. Los resultados no acompañaron y Florentino no terminó de confiar en él. Tras él vino Zinedine Zidane. La apuesta le salió bien al presidente blanco.

Benítez durante mucho tiempo no quiso hablar de su estancia en Madrid. Cuando lo hizo el mismo ha reconocido que “parece que hay un interés en que nadie hable de eso. Por eso deje de hacerlo. No hablo del Real Madrid”.

Según dijeron las malas lenguas la mala relación con Cristiano comenzó porque el equipo técnico de Benítez le recomendó lanzar las faltas de diferente forma. Él lo ha negado. “Nunca le dije a Cristiano como debe tirar las faltas”. Además, también se dijo que le había recomendado a Luka Modric no usar el exterior. “Eso también es mentira, jamás le dije eso. Le recomendé usar otras superficies de golpeo cuando podía hacerlo. Pero nada más”.

Salir del Madrid nunca es fácil. Benítez llegó cumpliendo un sueño y se fue en una auténtica pesadilla. Tanto que ni si quiera quiere hablar de ello.