Escoge a Zinedine Zidane: el galáctico que deja al Barça tirado

David Alaba saldrá del Bayern de Múnich. Y punto. Su contrato acaba en junio, y han hecho todo lo posible por renovarle, pero no han conseguido llegar a un acuerdo, y las conversaciones están muertas. Según ha explicado la directiva bávara, se debe a las desmesuradas peticiones de parte del futbolista y de su representante, que están fuera de lugar. Pero él se ha defendido, con las siguientes declaraciones, mostrando su enfado y decepción.

“Me enteré por las noticias. Para mí, fue una situación excepcional. Queda por ver cómo seguirá la cosa. En tan poco tiempo no pude pensarlo a fondo. Siempre hice hincapié en que me hubiera gustado que asuntos internos se mantengan internos. Puedo entender el malestar por parte de los aficionados, pero ellos lo ven todo desde fuera. Yo, que estoy dentro, les puedo asegurar que las cantidades que surgieron por ahí no son verídicas en absoluto. Solo puedo decir que soy muy feliz aquí y el Bayern siempre fue mi primera opción” espetó.

“Sinceramente, no me gusta que tengamos que ocuparnos de este asunto en una semana en la que jugamos contra Salzburgo y Borussia Dortmund” añadió para finalizar. Pero no hay dudas, y está claro que el internacional austríaco cambiará de aires en los próximos meses. Tampoco se descarta que lo haga en enero, a cambio de unos pocos millones de euros, una cantidad de risa. Y el Barça o el Real Madrid están entre los interesados.

Igual que el Liverpool de Jürgen Klopp, el Manchester City de Pep Guardiola, el Chelsea de Frank Lampard, el Paris Saint-Germain de Kylian Mbappé y Neymar Junior o la Juventus de Turín de Cristiano Ronaldo. Sin embargo, parece que el destino favorito de Alaba sería La Liga Santander. Y ha dado preferencia a la idea de ponerse a las órdenes de Zinedine Zidane antes de las de Ronald Koeman, ya que, para empezar, le ofrecen más dinero.

Y segundo, ve un proyecto mucho más sólido y estable que el del Camp Nou, donde cada día hay problemas y nuevas peleas. Todo un galáctico… y a coste cero.

Sería un tremendo golpe sobre la mesa.