Es el mejor recambio de Busquets, mejora a Zubimendi y cuesta 150M: la Premier lo pone al mercado

La salida del capitán blaugrana ha supuesto un duro golpe a la planificación de la próxima temporada

Comienzan a llegar cambios importantes de cara a la próxima temporada en Can Barça. A cinco partidos de dar por cerrada la temporada en el Camp Nou, Xavi ya sabe que no contará con una pieza que ha resultado básica desde que el técnico egarense llegara a la entidad blaugrana. El legendario pivote criado en la Masía era el dueño de dicha demarcación y ahora dejará un hueco insustituible en la medular del Camp Nou, un hueco que nadie en el mundo sería capaz de cubrir igual.

Mucho se ha hablado de Zubimendi, Gündogan, Amrabat o Rúben Neves para ser el relevo de Sergio Busquets. Todos ellos son superclases que podrían ser titulares en el Barça. Sin embargo, hay un nombre fuera de esta lista que sería el mejor con diferencia. No es otro que Declan Rice, el jugador llamado a ser el mejor pivote del mundo en los próximos años y que se espera que salga pronto del West Ham, equipo que se le está quedando muy pequeño.

El que fuera canterano del Chelsea se ha convertido en uno de los mejores jugadores del mundo en su posición. El inglés es el gran líder de su equipo y espera que este sea el verano donde pueda dar el paso definitivo a un grande europeo y así consagrarse ocmo uno de los mejores del mundo en su posición.

Declan Rice es un mediocentro corpulento y con unas cualidades defensivas espectaculares que lo convierten en todo un seguro de vida para su equipo, siendo capaz de dar todo el equilibrio necesario a los suyos. Además, ofensivamente es un crack y cuenta con gran delicadeza en su capacidad para pasar el balón. A todo esto hay que sumarle su poderío físico y su buen disparo, que lo convierten en un llegador interesante, una habilidad que Sergio Busquets no tenía.

Por otro lado, es evidente que el West Ham no facilitará nunca la salida de su jugador estrella. Es por ello que han fijado un precio prohibitivo que ronda los 150 millones de euros, una cantidad que muy pocos equipos pueden pagar. En este sentido, los culés lo ven como un imposible, ya que la economía y el sentido común impiden gastar semejante cantidad de dinero.