Épica en París: Pau Cubarsí, Eric García y Fermín dan un golpe titánico y se cuelgan la de oro
Será una de las finales más recordadas en la historia de los olímpicos
En un duelo electrizante, los españoles se llevaron la victoria 5-3 contra los locales y arruinaron la fiesta en el Parque de los Príncipes.
Así es el fútbol. A veces parece que está todo perdido, otras que está ganado. Y qué mejor escenario que el Parque de los Príncipes para otra de esas sorpresas que duelen por mucho tiempo. Francia vivió otra decepción, tras perder en el Mundial por penales y en la Eurocopa en el minuto 120. En estos Juegos Olímpicos, a pesar de tener todo a favor para colgarse la medalla dorada, Les Bleus volvieron a quedarse en el segundo escalón. La España de Santi Denia ofreció un espectáculo en París y, a pesar de atravesar momentos turbulentos, venció a los locales, en una de las finales olímpicas más épicas de la historia.
Concierto español en el Parque de los Príncipes
Thierry Henry optó por un 4-3-1-2, con las líneas bien compactas, un trinomio sólido en el mediocampo y Michel Olisé tratando de encontrar su lugar detrás de Alexander Lacazette y Jean-Philippe Mateta. La fórmula de Francia había funcionado durante los Juegos, con una estrategia de juego directo: no complicarse con la pelota, recuperar en la zona media y atacar a toda velocidad.
Por su parte, Santi Denia dispuso un 4-2-3-1 con la premisa de un juego fluido, salida limpia desde el fondo, laterales ofensivos y la búsqueda constante del tercer hombre para adelantar líneas. La paciencia y la precisión fueron clave para llegar al arco defendido por Guillaume Restes. A excepción de algunos momentos de los galos y la selección Argentina, España desplegó el juego más atractivo de los Juegos Olímpicos.
En el arranque, el partido favoreció a los locales al igual que en los partidos contra Nueva Zelanda (3-0) y Argentina (1-0), un gol tempranero les permitió replegarse, esperar y buscar la oportunidad para herir. El arquero español Arnau Tenas cometió un error de cálculo que permitió que el remate débil y centrado de Enzo Millot se convirtiera en gol. El Parque de los Príncipes parecía colgarse la medalla de oro pero a partir de allí, la Roja lo pasó por encima en actitud y juego.
Pero la plata no era suficiente para una España que había demostrado merecer la dorada. A pesar de enfrentar a Lacazette, Olisé, Mateta, Henry, la Torre Eiffel y la Mona Lisa, la Furia no renunció a su estilo, se aferró a su filosofía y ofreció un espectáculo memorable.