El Tottenham se la juega a Florentino con otro galáctico

En el Real Madrid se ha pasado del alivio infinito tras la salida de Gareth Bale a la preocupación contenida después de conocer la noticia de que el Tottenham Hotspur está interesado en hacerse con Luka Modric. Y es que con la salida de los dos pesos pesados del vestuario (James y Bale) en el Madrid ya se han alcanzado las salidas que buscaban y cualquier otra baja de los primeros espadas (por veteranos que estos sean) sería un palo para Zizou y su cuerpo técnico. 

Zidane considera que la plantilla está ahora completa y perder a un jugador de la calidad y la experiencia de Luka Modric, a unos días de comenzar la temporada, solo podría ser negativo. Es cierto que el de Zadar hace tan solo unas semanas confirmó a la directiva blanca que su intención es cumplir el año que le resta de contrato con el Madrid e, incluso, renovar dos años más para retirarse, en 2022, en el club de Concha Espina. Sin embargo, Florentino conoce bien al croata y a su agente, Vlado Lemic, y sabe perfectamente de la volatilidad de sus palabras e intenciones. 

Es por ello que, nada más enterarse del interés de los Spurs por el croata, Florentino ha contactado directamente con Modric para conocer su postura de primera mano. Luka le ha transmitido tranquilidad y le ha asegurado que no ha llegado a ningún acuerdo con el que fue su club entre 2008 y 2012. Esto ha tranquilizado algo a Florentino Pérez y a Jose Ángel Sánchez, pero saben que deben permanecer muy alerta en las próximas horas por si los ingleses convenciesen a Modric de salir del Madrid rumbo a Londres. 

Lo que ha molestado sobremanera en las oficinas del Santiago Bernabéu es la actitud del Tottenham. Los de Londres obtienen a dos grandes jugadores, como son Sergio Reguilón y Gareth Bale y a cambio tantean por la puerta de atrás a un tercer objetivo en cuestión. Florentino lo considera como algo impropio de clubes amigos que mantienen excelentes relaciones. Es por ello que, en las próximas horas, Florentino se pondrá en contacto con su homólogo Daniel Levy para hacerle llegar su enorme malestar y afearle por esa conducta de guerra sucia tras las exitosas negociaciones previas.