El nuevo símbolo de Zidane que ni Barça ni Atlético poseen: decisivo

La confianza en este protagonista es total y el Real Madrid parte con ventaja

A Zinedine Zidane, su plantilla, su juego deficitario y la nulidad de Florentino Pérez en materia de fichajes les ha venido de perlas la ausencia de público que juzgue su gestión; puede decirse que dejar de lado las visitas de la afición a su coliseo, el Santiago Bernabéu, es una bendición. Sin el ya ancestral malhumor de la grada del estadio blanco, el míster puede obrar a su antojo sin recibir las discrepancias de una de las parroquias más inconformistas del mundo. El francés lo sabe bien, le pitaron como jugador y entrenador. También se llevaron su escarmiento otros ilustres como Raúl González, Ronaldo Nazário o el mismo presidente.

El Bernabéu históricamente nunca ha perdonado los deslices y el futbol plano, sin profundidad, ni verticalidad, sin brillo; menos aún la falta de entretenimiento que los blancos demuestran en estos momentos y que habría cansado hace tiempo al templo de la casa blanca. Pero sin juicio no hay sentencia y mientras los resultados ayuden y no aprieten, Zizou puede seguir campando a sus anchas. Por ahora también Eden Hazard, que sin embargo está señalado por el madridismo como sospechoso habitual. Y en este club es complicado quitarse el San Benito.

Con todo, el gran baluarte del míster francés y del Madrid en esta época de pandemia que incluso se convierte en parte de la esperanza del madridismo, el gran artífice de la consecución de la pasada liga y un amuleto que ni FC Barcelona ni Atlético de Madrid (los dos grandes rivales en la lucha por el título de liga) tienen es el Estadio Alfredo Di Stéfano, donde el Madrid siempre gana. 

Las obras del Bernabéu permitieron al club solicitar jugar en Valdebebas sus compromisos sin público (para así adelantar la remodelación del Bernabéu en plena crisis sanitaria), sobre todo en LaLiga y desde que la primera plantilla merengue juega allí, nunca pierde. Pero es que ni siquiera empata. Con el de ayer el Madrid ha jugado entre la pasada temporada y la actual siete encuentros y nunca ha cedido ni un punto, siempre se ha llevado los tres en disputa. El del Real Valladolid fue el primero de esta campaña y recordó por resultado final y suficiencia (renta corta pero válida, 1-0) a los de la temporada pasada; es decir, sin brillo pero con eficacia. Así construyó el Madrid su liga número 34 y así está empezando a edificar la 35. Valdebebas es un fortín, le pese a quien le pese.