El error que ha condenado al Barça sale a luz: el sistema colapsa
Cuando el club tomó la decisión parecía todo de color de rosa
No podía llegar en peor momento, eso está claro. En plena crisis económica del club catalán y cuando cada euro que sale de la caja es mirado con lupa, llega el momento de hacer frente a otra de esas cláusulas que el Borussia Dortmund y el FC Barcelona acordaron allá por 2017, cuando Dembelé pasó a ser jugador blaugrana a cambio de 105 millones de euros más 40 en variables.
De esa cantidad oscilante, los catalanes han tenido que abonar ya 25 millones por haberse ido cumpliendo lo fijado. Pues bien, hoy domingo los alemanes ya saben que otros 5 kilos irán directos a su cuenta bancaria gracias a que anoche se cumplió otra de las condiciones establecidas hace ahora casi 4 años: que Ousmane Dembelé jugase 100 partidos con la camiseta azulgrana.
Cuando la noticia ha llegado a oídos de Carles Tusquets, este no daba crédito. Desde hace meses se vienen haciendo malabares para que el club no tenga que declararse insolvente al no poder hacer frente a los pagos y, de la noche a la mañana para él y su equipo gestor, llegan 5 millones de euros con los que no contaban para nada.
Lo que si parece seguro es que la actual Junta Gestora pedirá al Borussia una moratoria para que sea la nueva directiva electa la que haga frente a dicho pago, puesto que ha dado prioridad a los empleados y los proveedores directos del club y hay muchas esperanzas puestas en que, desde el conjunto alemán, entiendan la situación actual y le den ese plazo extra.
Con todo y con eso, aún quedarían 10 millones de euros a pagar al Borussia siempre y cuando se cumplan dos requisitos: que el Barça gane dos Champions League con Dembelé en la plantilla. A buen seguro que esos millones estaría encantado de pagarlos cualquier buen culé, pero parece más complicado que esto se pueda dar.
De este modo, el precio final del mosquito ascenderá a esos 140 millones de euros mencionados, nada mal teniendo en cuenta que hablamos de un futbolista que ha estado casi la mitad de estos tres años y medio en el dique seco por distintas lesiones musculares.
Aquellos fichajes de 2017 y 2018 en los que el Barça invirtió el dinero recibido por Neymar (222 millones de euros) procedente del PSG están desangrando a un club que prácticamente ya ni respira. Era la época de los fichajes con cláusulas que en un primer momento parecían relativamente baratos pero que, tras cumplirse las dichosas cláusulas (algunas extremadamente fáciles) disparaban el precio hasta un 30 y un 40% por encima de la cantidad inicial. Tales han sido los casos de Dembelé y de Coutinho.
El sistema de las cláusulas se ha demostrado que encubría en muchas ocasiones precios desorbitados y el Barcelona se está llevando la palma con estos dos casos.