¡Al detalle! Setién siente hostilidad y rechazo: Guerra Piqué-Bartomeu

La plantilla muy enfadada con la directiva

Cuando el Barcelona cayó eliminado de la Champions League la pasada campaña en Anfield, todo se precipitó. Cierto es que la del campo inglés no fue una eliminación al uso sino una debacle en toda regla –segunda consecutiva tras la del Olímpico-, enorme se dira, ya que los culés saltaron al césped con una renta de tres goles y concedieron cuatro. Por eso la directiva, en caliente, tomó la determinación de echar a Ernesto Valverde al término de la campaña. Esa idea, lejos de amilanarse, se incrementó hasta la final ante el Valencia. La derrota en ella justificó aún más y a ojos de Bartomeu la decisión. Pero la plantilla salió al rescate del míster y el presidente cedió y lo mantuvo. Esta vez Bartomeu no les ha escuchado y ha cesado al vasco, lo que no ha sentado bien internamente.

Nada bien. Sobre todo en los pesos pesados del vestuario, y no hablamos de uno, sino de su plana mayor: Leo Messi, Gerard Piqué, Luis Suárez o Sergio Busquets, no apruban la decisión. Y no lo ocultan. El central lanzó un emotivo mensaje de despedida en sus redes sociales al entrenador caído y con dardo incluido a su presidente, con el que no tiene una buena relación. El cabreo de las dos estrellas culés y del mediocentro de contención van por dentro pero por el mismo camino.

Y está latente. Y con eso se ha encontrado el nuevo entrenador, Quique Setién, que no tiene ni culpa ni pena, pero que tendrá que andar con pies de plomo en su faceta de manager del vestuario, toda vez que Valverde tenía una sincronía y entendimiento perfecto con las estrellas blaugranas. Ahora, la decisión de Bartomeu y el cambio de entrenador ha dejado aún más frío al grupo y Setién está notando esa hostilidad y rechazo al cambio.

Y no es Setién un Capello al uso, un técnico duro y firme en su trato con el jugador, pero sí tiene una idea de juego inamovible y en ella hay un elemento que justifica todo su engranaje: el trabajo. El ex del Betis buscará elevar el tono físico del equipo para lograr la ansiada presión más pérdida, y eso puede no gustar a ciertos jugadores acomodados a la libertad de movimiento, entre ellos un tal Lionel Messi.

Cruzada de los pesos pesados

Por su parte la cruzada del ex internacional español y los dos cracks sudamericanos con Bartomeu viene de lejos. Los jugadores no entendieron -ni perdonaron- el paso en falso en el fichaje de Antoine Griezmann, máxime cuando ellos pedían todo el esfuerzo por Neymar. Hoy el francés está en la plantilla y el brasileño no, de hecho parece casi imposible que consigan devolver a Ney a Can Barça (ya sea por el PSG, el dinero de que dispone al Barça o el límite salarial). Unido a ello, tampoco les ha gustado el despido de Valverde que –no olvidemos- deja al equipo líder de la Liga, con dos títulos ligueros en dos años, y primer clasificado de su grupo de la Liga de Campeones.

Para el 10, el 9, el 3 y el 5, el despido de Valverde implica un toque de atención a los jugadores, un despeje hacia delante del presidente en aras de asegurar su posición de fortaleza de cara al aficionado mientras discute el compromiso y la capacidad de los futbolistas y el preparador que ellos eligieron. Vamos, que se lava las manos. Y el futbolista se rebela ante esa situación, aunque, a decir verdad, no todos lo hacen, ya que, está claro, que para Ivan Rakitic y Arturo Vidal la marcha del txingurri le favorece, pero la mayoría de la plantilla está en contra de Bartomeu. ¿Dos bloques?, ya se verá. Lo que sí está sobre la mesa es una guerra interna a las claras. Y ya se sabe lo que se suele decir en estos casos: ‘Lo que mal empieza,…”

Pese a ello, no todo es negativo en la Ciudad Condal, al menos este cambio radical en el grupo no va acompañado de finales ni partidos al límite, el calendario ayuda. El Barcelona se verá las caras en liga con Granada, Valencia, Levante, Betis, Getafe y Eibar, mientras que en la Copa de Rey solo tendrá que hacer claudicar al Ibiza. Bueno, esto sobre el papel, porque dicho sea de paso que un tropiezo ante un rival menor complicaría el camino a Setién…