Desilusión en el Barça y en Xavi: ni Kanté, ni Gundogan, ni Amrabat, hay otro elegido y está difícil
El FC Barcelona solo mirará fuera si pierde esta opción
Si ustedes son seguidores del Barcelona y están pensando en refuerzos en el próximo mercado de fichajes, en lo primero que deberían poner el foco de atención es en lo que abarca esa ventana, lo que en cierta forma puede dejar una honda desilusión. Y es que el Barça ahora mismo tiene una prioridad de cara al mercado y no pasa precisamente por caras nuevas: los Gundogan, Sofyan Amrabat o N’Golo Kanté son meras quimeras, no digamos ya Leo Messi.
Problemas con el fair-play financiero
Hay que mirar al fair-play financiero para entender la situación. El Barça tiene necesidades más urgentes que firmar nuevos jugadores y para ello debe cumplir con ese déficit de unos 200 millones de euros que se le exige en calidad de masa salarial. Así, bastaría mirar a la actual plantilla para entender por dónde van los tiros de los ‘fichajes’. La continuidad de Alejandro Balde y Gavi debería ser ahora mismo tan celebrada para los culés como otras firmas externas. Marcos Alonso, Ronald Araujo o Sergi Roberto, además de Sergio Busquets, están en esta misma perspectiva.
El mediocampista
Dicho lo cual, el Barça sí mira la situación de Ilkay Gundogan, Sofyan Amrabat o N’Golo Kanté, pero lo hace en estos momentos desde una enorme distancia porque el elegido, su prioridad para la función de organizador y pivote es el mismo Busquets, cuya continuidad no está asegurada. En eso está de acuerdo Xavi, que le ha pedido al capitán que se quede, pero a la vez el técnico esperaba algo más, algo que parece ahora mismo económicamente inalcanzable.
El título de liga debería decidir también qué hará el capitán y su consecución puede hacerse efectiva este fin de semana ante el Espanyol si el Barça gana a su rival capitalino. Sobre ello, el Barça tendrá un problema si Busi decide echarse a un lado y aceptar la estratosférica oferta saudí, hacia la que también se encamina Leo Messi, ya que entonces sí deberían mirar en el mercado hacia los jugadores citados. Eso sí, de verse obligados a ello, entonces el fair-play financiero se pondrá aún más complicado. El pez que se muerde la cola.