De la Premier a Arabia, atentos: el Balón de Oro 2024 harta a Florentino y Ancelotti, hay aviso
Asume su cruzada y en el club están molestos
Una cosa es que el Real Madrid haya acompañado a Vinicius Júnior en su cruzada contra el racismo, de cuya lucha sobre el tapete verde él es el adalid; que la entidad lo apoye por los graves insultos que sufre, además de la presión a la que se ve sometido un choque sí y otro también. Incluso callan en Chamartín cuando el jugador, puro corazón ardiente, estalla contra las gradas rivales, pero el gesto en Anoeta ha colmado la paciencia de Florentino y Ancelotti.
Es cierto que Vinicius, foco de las iras de las gradas de la liga española, aguanta lo indecible, que la afición de turno se pone por meta sacar de quicio a uno de los jugadores más desequilibrantes del mundo y posible próximo Balón de Oro 2024 -lo cual seguramente merece más que el resto de nominados por incidencia en la temporada 23/24- y que eso lleva al sonido de viento a ciertos extremos y suma presión, pero, lo dicho, lo del último partido de LaLiga EA Sports, en San Sebastián sobraba.
Una vez marcó el tanto de penalti el pasado sábado, el extremo, que no hizo un buen partido, pero volvió a ser determinante en él, mandó callar a la grada, elevando los focos sobre él y los decibelios contra él, y eso es justo lo que no gusta en la zona noble blanca: que encima de las críticas, Vinicius las busque. Una figura como él, le aconsejan, ha de abstraerse en la medida de lo posible de lo que pase a su alrededor, ha de jugar al fútbol, salvo cuando sea imperdonable el insulto, es decir la cruzada en la que sí acompaña el Madrid a Vini Jr.: el racismo. Con todo, en la entidad creen que el jugador con sus otras actitudes empieza a descentrar a sus compañeros y lo que es peor, a ser menos efectivo y eficiente, a bajar su rendimiento; a incomodar a todos en el Santiago Bernabéu.
El problema es que Vini, como cuando encara, es incontenible y los blancos no consiguen que corrija ciertas actitudes que sí le están perjudicando, de ahí que el aviso del club al jugador exista, un aviso que pone en alerta a cuantos sueñan con un desencuentro futuro, ya saben, esos pretendientes que medran de Arabia Saudí a la Premier League. Esto último es improbable que suceda, pero desde luego el internacional con Brasil está abriendo la única puerta posible para que ocurra; haciendo de lo más que irrealizable, algo viable: su venta.
Dicho lo cual, para Florentino y Ancelotti la misión es central a Vini, recuperar su mejor versión y dispersar el ruido que rodea al futbolista, tanto de la grada como de equipos interesados en ficharlo; hoy por hoy, Vini es indiscutible, instransferible, el jugador bandera.