De cuestionado por Simeone a diamante del Atlético: CR7 lo aviva todo

Joao Félix coge galones de líder en la que será su cuarta temporada en el Atlético de Madrid

La historia de Joao Félix en el Atlético de Madrid es como la de esas series que cuesta digerir en un principio, pero que acaban por enganchar con el paso de las temporadas dada la expectación que empiezan a generar. La joven perla del Benfica nunca entró al trapo ante la presión que recaía sobre él por haber costado 120 millones, pero esa madurez fuera del campo no parecía reflejarse dentro del mismo, donde sus ganas de impresionar le jugaron una mala pasada en más de una ocasión. Siempre se ha dicho que los grandes jugadores son lo que sirven para jugar en cualquier sistema, y al portugués le costó asimilar tener que jugar escorado en banda por detrás de Morata y Diego Costa.


El trabajo defensivo empezó siendo su asignatura pendiente, un esfuerzo que requería el equipo y que con el paso del tiempo empezó a asimilar. Eso, unido a su creciente desparpajo y sus cada vez más controladas ansias en el juego, provocaron que le llegara el momento de jugar al lado del punta. El portugués se desató y junto a un icono como Luis Suárez pudo gozar de esa referencia que le permitía disponer de mayor libertad para desarrollar su juego.


Por fin, se veía un Joao más alegre y menos apático que el de la primera temporada. La consecución de la Liga por parte del Atlético en la 20-21 da fe de ello. Tocaba refrendar esa mejoría y en la 21-22, Joao Félix empezó a convertirse en lo que todos esperaban que fuese, el jugador más determinante del Atlético de Madrid. Sin embargo, la suerte no terminó de acompañar al equipo ni al jugador, cuyas inoportunas lesiones le acabaron por apartar en el último tramo del curso.


Ahora, tras reconocer encontrarse casi al cien por cien después de su gran partido ante el Manchester, y tras no escapar al quilombo formado ante la posible llegada de Cristiano, la figura de Joao Félix empieza a engrandecerse, ahora sí , en todas las facetas que puede mostrar un futbolista. Madurez, trabajo y rendimiento goleador que contribuyen a que el diamante se pueda pulir por completo en su cuarto año como rojiblanco.