¡Conmoción! Florentino Pérez firma su carta de libertad “No quiero seguir”
Tiene equipo, ficha y será la sorpresa de la próxima ventana
La buena relación entre los aficionados, la prensa, la masa crítica y sobre el todo el cuerpo técnico y el presidente del Real Madrid solo se da con algunos jugadores, otros obtienen el beneplácito de la indiferencia sin arrancar aplausos en el Santiago Bernabéu y unos escasos elegidos levantan a la grada blanca cada vez que acarician la pelota. Estos se cuentan con los dedos de una mano.
Así de compleja es la hinchada del Madrid, una de las más exigentes del continente y del mundo. Por espíritu y valores, los merengues suelen premiar el esfuerzo y la brega, les gustan los jugadores que lo intentan, corren, vuelven a intentarlo y vuelven a correr. Ejemplos de ello tenemos unos cuantos, como Raúl González. Otros cracks, más fríos, toman distancia con las butacas y nunca encuentran su sitio. En el Bernabéu se ha pitado a Ronaldo, Zinedine Zidane, a Cristiano, a los mismísimos Raúl a Iker Casillas o a Gareth Bale.
La parroquia de Concha Espina no tiene piedad. Es así y así seguirá. Por eso James Rodríguez va a seguir hasta final de temporada, venga o no Christian Eriksen, e Isco Alarcón tiene sus días contados en la capital de España. Florentino Pérez sabe que el desencuentro del malagueño con el coliseo de la Castellana es total y viene de largo, Isco no ve con malos ojos salir (quiere disputar la Eurocopa y en el Madrid no tiene continuidad) y solo está esperando una buena oferta. Y ha llegado.
El Tottenham, sabedor del interés del Madrid por Christian Eriksen y de que el jugador quiere vestir de blanco, espera lograr que Isco recale en Londres. Todas las partes, a expensas de sentarse a hablar sobre dinero (los spurs sí le respetarían su sueldo), parecen de acuerdo y el mediapunta puede tener sus horas contadas. Solo un milagro podría salvar esta vez a Isco. La grada no llorará su pérdida.