El club es un polvorín. Florentino Pérez dispuesto a pescar en río revuelto

Jugadores que no renuevan, el entrenador pensándose en presentar la dimisión, la afición harta... ¡Es el caos total!

Hay problemas en muchos clubes de Primera División. Muchas crisis que han ido creciendo con el parón. El caso del Barcelona, por ejemplo, el más claro de todos. Bartomeu cuenta las horas para que salte la próxima noticia que le ponga en la picota. Su puesto es cada vez más inestable. Pero si hay un club que le supera, es el Valencia.

El club che vive en un caso absoluto desde el verano pasado. La no venta de Rodrigo al Atlético de Madrid dejó claro que la relación entre la directiva y el cuerpo técnico era mala. Marcelino fue cesado nada más empezar LaLiga ante sorpresa de todos. La plantilla hizo un amago de rebelión, pero decidió seguir adelante por respeto al club.

Entre los que levantaron la voz estuvieron el capitán Parejo y el central argentino Ezequiel Garay. El ex del Madrid se lesionó en marzo y estará de baja 6 meses, como mínimo. Acababa contrato en junio y el club no piensa renovarle… la plantilla es un polvorín.

Consideran que el central se merece un nuevo contrato y más ahora que tiene una lesión de larga duración. Pero Peter Lim, dueño del club, tiene los comentarios de Garay clavados y no piensa presentarle una oferta de renovación.

No es el único jugador que debería renovar. Ferran Torres, al que quiere el Borussia de Dortmund por Jadon Sancho, acaba contrato en 2021 y no se ha sentado con el club. La inestabilidad del equipo sumado al mal ambiente hace que el joven extremo español piense en marcharse este verano. Florentino Pérez está al acecho. Quiere pescar en río revuelto.

El Valencia no quiere vender al jugador al Real Madrid. Es en lo único en lo que la afición está con el club en estos momentos. Incluso el entrenador, Albert Celades, piensa en dejar el puesto antes de que acabe la temporada, si es que acaba.

Cierto es que Celades parece tener las semanas contadas en el conjunto che y quizás una dimisión turbaría más las aguas del conjunto valenciano. Desde luego este año no hemos tenido fallas, pero Valencia va a arder igual. Es cuestión de tiempo.