Casemiro incendia al madridismo con sus comentarios, ¿cómo pudo decir eso?
El brasileño habló al acabar el Clásico
El Real Madrid está caliente. El Clásico deja ayer mucho que mejorar y mucho trabajo por delante. La falta de gol comienza a ser preocupante y con el buen juego no es suficiente. No lo es porque contra el Valencia a punto estuvo de perder, marcó Benzema en el 90 para empatar, y ayer el equipo no fue capaz de encontrar el gol pese a intentarlo en más de 6 ocasiones. Y para colmo la ocasión más clara fue para el Barça.
Parece que los equipos se hayan invertido los papeles. El Barcelona, aquel equipo primoroso con el balón, capaz de enamorar al aficionado rival y de dominar al rival desde la posesión, se ha convertido en un equipo vertiginoso que vive agazapado esperando el fallo ajeno para penalizarle. Exactamente el ADN del Real Madrid. Sin embargo, el Madrid vive ahora desde la posesión y el control el partido. Intenta dominar al contrario y moverle a su merced para golpear en el momento apropiado. Lo único negativo para Zidane es que su equipo nunca encuentra ese momento.
El encuentro vivió dos momentos claves para el madridismo. Dos momentos que pudieron cambiar el partido. Dos penaltis, sobre todo el primero de Lenglet a Varane, que el colegiado Hernández Hernández no vio…y el Var tampoco. O no quiso, piensa el madridismo.
Sin embargo, Casemiro salió y dijo unas palabras que no han gustado ni al aficionado ni a parte del vestuario. Parecía que el mensaje era claro, quejarse del Var, lo hizo Ramos y Butragueño en el post partido, y reclamar igualdad. Igual que el Barcelona lo hizo el pasado sábado tras el partido contra la Real Sociedad. La presión funcionó.
Pero Casemiro, poco amigo de escudarse en excusas se salió del mensaje institucional y preestablecido y dijo que el no cree en el Var. Que no le gusta y que el fútbol sin él viviría mucho mejor. Les restó importancia a los penaltis y dijo que con polémica el fútbol tenía más vidilla.
En el vestuario no han sentado bien las declaraciones y menos en el momento de hacerlas. Cuando todos debían reclamar lo que ellos consideran que es justo y quejarse por el arbitraje. Mal momento para meter la pierna Casemiro. Tarjeta amarilla y sin necesidad de Var. El madridismo no perdonará otra más.