¡Bombazo!: Los 10 kilos que provocaron su final en el Barça

¡No fue Messi! Se conoce por fin la verdad de todo aquello y asusta.

Eric Abidal salió del Fútbol Club Barcelona por la puerta de atrás. Sin dar portazo, sin una palabra más alta que la otra, pero con un ostracismo impropio de uno de los jugadores de aquellos maravillosos años en los que el Barça lo ganaba (casi) todo. Es cierto que la labor de director deportivo poco o nada tiene que ver con la de futbolista, (y sino, que se lo digan al bueno de Andoni Zubizarreta) pero aún así choca haber visto salir de ese modo a uno de los hombres de Pep.

Lo que no se conocía, hasta hoy, es cuál había sido el motivo principal de esta destitución. Teniendo en cuenta todo lo que ha sucedido en la pasada temporada en el Fútbol Club Barcelona, que ha sido mucho, parecía que había motivos de sobra para su despido tan solo viendo lo mal planificada que estaba la plantilla más costosa de la historia del fútbol. Pero se ha sabido que la raíz de todo ello sí que fue un momento en concreto, una decisión particularmente desacertada del ex jugador francés, que a la postre le supuso el puesto.

El hecho en sí fue el fichaje de un futbolista: el brasileño Matheus Fernandez. El centro campista, procedente del Palmeiras, firmó con el Barça el pasado mercado invernal y para adaptarse a LaLiga fue cedido en primer lugar al Real Valladolid de Sergio para, este verano, pasar a formar parte de la primera plantilla culé.

Lo que ocurrió es que Matheus apenas tuvo oportunidades en el Real Valladolid y ese paso previo al Barcelona fue muy cortito. Más allá de los planes de adaptación, en el Barcelona chocó que un jugador desconocido en el propio Brasil costase al club 7 millones fijos más otros tres en variables. Esta historia ya era de sobra conocida en la ciudad condal porque antes la habían visto con Keirrison, Henrique o Douglas Pereira, jugadores totalmente random que firman por uno de los clubes más laureados del mundo, algo altamente sospechoso. 

Y es que son operaciones que se dan por los intereses en comisiones de agentes y directivos que poco tienen que ver con los criterios deportivos. Pues bien, Bartomeu dijo basta a ese tipo de operaciones y Abidal fue su cabeza de turco para demostrarlo. Fueron los 10 millones que le costaron el puesto a Eric, algo que se desconocía hasta el día de hoy y que muestra nítidamente el caos estructural en el que vive el club desde hace ya algo más de un año. 

Las horas de Bartomeu están contadas y son muchos los culés que no ven el momento de que ese día llegue por cosas como estas.