Bartomeu ya ha firmado el destino de Setién y tiene cuatro sustitutos

Están condicionados

Qué duda cabe que ni está ha sido la mejor temporada del FC Barcelona ni la soñada por Josep Maria Bartomeu cuando la planificó junto a Eric Abidal, ni la de Quique Setién cuando se puso al frente de un equipo estelar. Leo Messi tampoco esperaba tanto malestar y tan poco dulce que echarse a la boca; de hecho, deportivamente aún no tiene nada (salvo su pichichi) que le sirva de bocado, ni en LaLiga ni en Copa. Por eso la presión en la Ciudad Condal es grande, sobre todo sobre el máximo mandatario azulgrana, de ahí que el presidente ya se esté moviendo en busca de un sustituto para el míster cántabro si se da un escenario maldito.

Que no es otro para el Barça que dejar esta temporada en blanco en sus vitrinas, de lo que están bastante cerca. Bartomeu sabe que está en el alambre y se ha marcado, junto a su junta directiva, una serie de líneas rojas que si se sobrepasan han de activar la opción B en el banquillo. Cuatro nombres están en la agenda azulgrana y con todos ellos tiene pendiente un contacto el club blaugrana en los próximos días para exponerles la situación.

La línea roja de Bartomeu es una eliminación de la Champions League: en el momento que ocurra, si sucede, Setién está sentenciado. Es más, el actual entrenador solo salvará su puesto si consigue llevarse la Liga de Campeones, de lo contrario no continuará. Y no arriesga poco el presidente ya que hay algunos miembros de la zona noble del Camp Nou que le han aconsejado deshacerse de Setién ahora que puede, justo antes de la eliminatoria de octavos de final que enfrenta a los culés con el Nápoles.

Empezar con buen pie

Pero eso no va a suceder. Bartomeu no quiere destituir a Setién todavía porque quiere conservar su propia cabeza. Cesar al entrenador sería estratégicamente un suicidio. No es que esté feliz con el rendimiento del ex preparador del Betis, todo lo contrario, pero con solo unos días por delante quien venga no tendrá tiempo de implantar su filosofía en el grupo y una derrota ante el cuadro napolitano supondría la debacle no solo de toda la temporada actual, sino del nuevo comienzo, que ya iniciaría su marcha con mal pie.

Bartomeu sabe que la temporada que viene es su última oportunidad de resarcirse de los errores cometidos y que tiene todo en su contra para que a la mínima la masa culé y los jugadores le salten al cuello. No, por eso no va a meter en un berenjenal semejante al nuevo técnico. Si viene un nuevo entrenador lo hará tras dejar atrás los fracasos de esta campaña, la 2019/20.

Estilos diferentes

Los elegidos por el FC Barcelona son cuatro y cada cual aporta un sentido diferente al nuevo Barcelona. Por un lado está el contacto más avanzado y que ya ha dado el OK: Ronald Koeman. El neerlandés conoce el club y su filosofía, además de ser un admirado ex jugador de la entidad, algo que ayuda en el vestuario. Es un buen fichaje, piensan Bartomeu y Abidal, pero se sondean más opciones.

Después aparece Blanc, que tiene ciertos paralelismos con Koeman solo que incluso gusta más su estilo de juego, mucho más vistoso y ofensivo, de una proposición más efectiva para la idiosincrasia blaugrana. En tercer lugar surge la posibilidad de Mauricio Pochettino, que ha negado al Mónaco previsiblemente con vistas a unirse a la disciplina del Newcastle en la Premier League. Es poco probable que el técnico argentino acepte debido a su pasado perico en el Espanyol, pero podría sopesarse esta vía.

Por último, la opción más arriesgada y rocambolesca, que es Marcelo Alberto Bielsa, el cual lo tiene todo para seguir en el Leeds United, al que acaba de ascender a la Premier League y equipo que le ha ofrecido un contrato de gran valor económico. En Can Barça, gusta casi todo de Bielsa, pero da miedo su integridad y su carácter, que pueden chocar con los egos de la plantilla.

Por su puesto esta la opción menos nombrada, que nadie maneja entre los aficionados y los mismos jugadores, y es que Setién consiga la orejona, en cuyo caso Bartomeu se apuntará el tanto, sacará pecho y logrará una importante victoria sobre sus detractores. Aunque remota, en el seno del club se confía en el milagro de esta posibilidad, pero, eso sí, con el teléfono descolgado en busca de la opción B.