Bartomeu enciende la clave por Neymar ¡Y Griezmann está en el ajo!
La situación del equipo le apremia
Una vez más volvió a verse una versión de Antoine Griezmann intrascendente en un partido trascendental para el Barcelona. El francés volvió a pasar de puntillas por un momento complicado del Barça, esta vez en Mestalla, y vuelva a dejar dudas su fichaje, que para muchos sigue sin convencer por las características del propio jugador y por la posición que ocupa en la banda. Además su ficha bloquea cualquier posibilidad de fichar a Neymar.
Desde luego que todos los males del cuadro azulgrana no son culpa de El Principito, ni mucho menos, pero Griezmann no es jugador de banda, no es un encarador, sino más bien un 10 al uso, un jugador para moverse entre líneas, incluso bajar a recibir, asociarse a lo sumo, y sí, desde luego que tiene gol y anticipación, pero en el Barça actúa demasiado lejos del marco rival y eso le limita. Pero es lo que hay.
Porque el esquema del Barcelona está por encima del jugador y si el galo no tiene salida natural a su pierna izquierda, caído a ese costado; o si él y Alba se ven las caras sin entenderse; o si Griezmann está diseñado para concretar la misma función que desempeña Messi, todo ello es un problema del francés. La posición de Messi es inamovible y el 4-3-3 es innegociable. Por eso y porque la ficha del francés alcanza una cifra cercana a los 18 millones de euros por temporada, Bartomeu empieza a pensar en usar al 17 culé como parte de la macro operación por Neymar.
Primero, lógicamente, el PSG debería aceptar desprenderse de Neymar por una cantidad inferior a la que estima como mínima para empezar a hablar, es decir, 250 millones de euros, y suplirla con el intercambio con Griezmann (y seguramente alguna pieza más). Después, el propio jugador debería querer irse al cuadro parisino; y tercero el Barça debería vender a Coutinho y Dembelé, que también ocupan uno de los rangos salariales más altos. De esta forma sí podrían cuadrar las cuentas. Aunque todo es hipotético y arriesgado. Además esta posibilidad supondría reconocer que se equivocaron por Griezmann, pero eso es mejor que ver marchar a Messi, hoy muy descontento, o quedarse un año sin títulos.