El Milán se lo quita en las narices al Barcelona... ¡por 20 kilos!

El Fútbol Club Barcelona lo tenía hecho. Las negociaciones habían sido sencillas, en gran medida, porque al tratarse de un ex canterano todo había sido mucho más rápido. El jugador quería volver al sitio donde se había formado como profesional y como persona y el club, tras su experiencia en Europa, le quería de vuelta para su delantera de los próximos años.

Cuando Dani Olmo y el Barcelona llegaron a un acuerdo les faltó tan solo una cosa por hacer, un detallito con mucha importancia: firmar. Tanto el club catalán a través de su secretario deportivo, Eric Abidal y de su director ejecutivo, Óscar Grau, como el propio Dani mediante su representante, lo dejaron todo listo a falta de la rúbrica que sellaría todo el acuerdo.

Pero entonces, todos los acontecimientos se desarrollaron de forma muy diferente a como Abidal, Grau y Dani Olmo se imaginaban. Estallo la crisis del banquillo del Barça tras la eliminación del club en las semifinales de la Supercopa frente al Atlético de Madrid y el Barcelona comenzó a buscar sustituto para Valverde a marchas forzadas. Abidal y Grau se reunieron con Xavi Hernández en Qatar para conocer su disponibilidad de entrenar al equipo ya mismo mientras todo se filtraba a los medios haciéndose eco de las negociaciones minuto a minuto prácticamente. 

Tras unos días de locura, el Barcelona se hace con los servicios de Quique Setién y el martes es presentado como nuevo técnico de la primera plantilla. Mientras tanto el asunto Dani Olmo queda aparcado y es el AC Milán quien llama a la puerta del Dínamo de Zagreb para interesarse por la situación del sub 21 español. El Dínamo, que quiere el dinero cuanto antes, ve con buenos ojos aceptar los 20 millones que le ofrecen desde Milán y el jugador, ansioso por volver a una liga de prestigio y viendo que lo del Barcelona se puede torcer tras la llegada del nuevo míster, decide aceptar la oferta. 

Cuando el Barcelona llama al Dínamo para retomar lo de Dani Olmo se encuentra con la desagradable noticia de que el pájaro ya no está en el nido. Demasiado tarde. Ahora Abidal trabaja a marchas forzadas para encontrar a ese 9 que sustituya al lesionado Luis Suarez y que sea del gusto del nuevo técnico culé.