El Barça cambia a Rabiot por una operación sorpresa

El crack del PSG, descartado

Ha llegado la hora de Carles Aleñá. El centrocampista, criado en La Masía, ya había dejado un buen sabor de boca en los cuatro ratos que había estado sobre el césped.

Sin embargo, su actuación ante el Alavés le acabó de consagrar. Sin Messi ni Arthur sobre el terreno de juego, el joven jugador de solo 21 años no tuvo problemas en asumir galones y tirar del carro. 

Suyo fue el primer gol de la noche, además de mostrarse hiperactivo y de no esconderse a la hora de sacar el balón jugado. El de Mataró, por méritos propios, tiene plaza fija en el primer equipo el año que viene.

En el Camp Nou meditaban la posibilidad de cederle a un club donde pudiera acumular más minutos, ya que la presencia de Vidal, Rakitic, Arthur, próximamente de Jong y a lo mejor Rabiot le cerraban las puertas de la titularidad.

Pero Aleñá se ha ganado una oportunidad. Y la tendrá. La directiva tiene plena confianza en él y, para demostrárselo, está dispuesta a olvidarse de Rabiot, y renunciar a su llegada.

Todo, para que Carles se sienta importante y haga oídos sordos a los cantos de sirena que ha recibido de conjuntos como Liverpool, Borussia Dortmund, Bayern de Múnich, Bayer Leverkusen, West Ham, Roma o Napoli.

Seguirá siendo culé, su gran sueño.