Antoine Griezmann es ofrecido a un grande de Europa por el Barça

El escándalo con KONAMI ha hartado a todos

Antoine Griezmann es el elegido del Barça para hacer las maletas, pues hay demasiados jugadores en la parcela ofensiva. Y necesitan hacer caja, además de librarse de varias fichas elevadas, para poder costear la renovación de contrato de Leo Messi. En un principio, el elegido iba a ser Ousmane Dembélé, pero su grave lesión, que le mantendrá varios meses de baja, ha trastocado los planes. Porque ha dejado de recibir ofertas de otros clubes.

Y no queda más remedio que tener que traspasar a ‘El Principito’, aunque, para Ronald Koeman, tampoco será una pérdida muy sensible. Nadie niega de su calidad y su nivel, pero nunca ha estado a la altura de las expectativas, y se ha mostrado especialmente irregular en todo este tiempo. Más allá de algún que otro buen partido, no se le recuerdan grandes actuaciones, y solo tiene tímidos destellos. Se nota que no siente la confianza para liderar al equipo.

Entre eso, y que necesitan recaudar dinero, y tiene el segundo salario más elevado de todo el club, todos los caminos llevan a la misma dirección: su venta. Para eso, sonaba la opción que tenía al Manchester City de Pep Guardiola como protagonista, aunque ha ido perdiendo fuerza con el paso de las semanas. De hecho, ya no hay contactos, y parece que el vigente campeón de la Premier League ha decidido descartar su contratación, y centrarse en Jack Grealish.

Así que Joan Laporta ha probado suerte ofreciendo al ex de Real Sociedad y Atlético de Madrid a otro grande de Europa. En este caso, lo ha hecho al Chelsea de Thomas Tuchel, nada más y nada menos que el último ganador de la Champions League. Eso si, también parece muy complicado, primeramente, por la elevada cantidad que piden. Y segundo, porque los ‘blues’ ya cuentan con suficientes futbolistas para el puesto donde juega Griezmann.

Otro obstáculo importante es su edad, pues pocos se atreven a hacer elevadas inversiones por él, teniendo en cuenta que ya ha entrado en la treintena. En el Barça cruzan los dedos, y esperan que suceda algún milagro.

Pero no hay demasiado optimismo.