A Riqui Puig le sentenciaron en el vestuario culé por estas 2 acciones

El canterano atraviesa por su peor momento de su corta carrera: no es convocado con la sub-21

A Riqui Puig parece que no le pueden ir peor las cosas aunque alguno dentro del vestuario culé piensa que todo lo que está recibiendo es lo que el canterano ha ido sembrando durante los últimos años. Y es que no se ha reconocido en público porque el Fútbol Club Barcelona ha hecho lo posible y lo imposible para que esto no salga a la luz, pero en la primera plantilla blaugrana Riqui Puig no cae nada bien.

La razón de esto es la actitud que para varios veteranos ha tenido el chaval desde que comenzase a entrenar con el primer equipo. Cuando alternaba entrenamientos con el filial y el primer equipo Riqui decidió coger una taquilla del vestuario de los mayores sin pedir permiso cuando ni tan siquiera tenía ficha con el primer equipo. Esto no gustó nada entre los pesos pesados del vestuario, que ya le hicieron ver que esto no funciona así. De hecho, le recomendaron fijarse en la actitud de Ansu Fati, mucho más modesto y respetuoso con los veteranos.

La otra razón por la que Riqui no cae bien entre la mayor parte de la plantilla azulgrana es porque creen que en cuanto Riqui siente que no está jugando lo que quiere, el chaval baja los brazos y se deja llevar. Esto es algo que pone de los nervios a Piqué y a Leo Messi, que saben lo difícil que es llegar a la cima y la fuerza mental que un jugador necesita para sobreponerse a todos los baches que irán surgiendo.

Es por ello que los dos principales capitanes, Leo Messi y Gerard Piqué se han reunido esta semana con el chaval para darle ánimos, pero también para recriminarle cosas: necesita más humildad y más trabajo para llegar a la cima si no quiere ser otro jugador que casi llega. La semana ha sido especialmente dura para Riqui, que ha visto como se ha quedado fuera de la lista de Luis de la Fuente para poder disputar los partidos de clasificación ante Islas Feroe e Israel con la selección sub-21, el último refugio que le quedaba al mediocentro.

Ahora Riqui debe masticar la charla que mantuvo con los capitanes y decidir si les hace caso o, si por el contrario, busca una salida.