11 jugadores pero solo un cambio: Alemany y Laporta quedan señalados

El Barça, en el alambre en lo deportivo, está completamente descompensado en lo estructural

Antes de entrar en materia sobre este asunto hay que recordar que el Barça vive en el alambre, ya que perdió la Supercopa de España, en la que además de no llegar a la final cayó eliminado ante el Real Madrid (segunda derrota de dos ante los blancos) e hizo lo propio en octavos de final de la Copa del Rey en San Mamés frente al Athletic. Dicho lo cual, los fichajes han ilusionado a los hinchas blaugranas, pero hay un problema estructural que puede pasar factura a Laporta y Alemany.

Vaya por delante que a priori los dos últimos nombres del mercado en referencia al Barça son de un talante tan ilustre como grandes son las dudas que generan; no en vano ambos jugadores, Adama Traoré y Pierre Emerick Aubameyang, aún teniendo un buen cartel, han salido por la puerta de atrás de Wolverhampton y Arsenal, que no son precisamente clubs aspirantes a la final de la Champions League o la Europa League; luego algo habrá sobre ellos que puede indigestar al Barcelona.

Pero pongamos que ambos funcionan o que se implican, pongamos que incluso lo hace Ferran Torres al nivel que suele mostrar con España. Pues aún con eso y más los cuatro fichajes dejan un desequilibrio manifiesto en la plantilla con 11 jugadores repartidos de forma desigual entre la delantera y la zaga. Ferran, Adama y Aubameyang son delanteros, por lo que con ellos Xavi cuenta con 10 puntas para tres posiciones (el tridente de ataque), sin embargo el técnico solo dispone de Jordi Alba para el lateral izquierdo (recordemos la baja indefinida de Alejandro Balde)

Dejando al margen que Alba no pasa por su mejor momento y que es ya un jugador veterano, sorprende que el Barcelona, con todo lo que se ha movido en este pasado mercado de fichajes invernal, haya dejado tan desprotegido el perfil izquierdo y reforzado tan hondamente una posición, la delantera, que cuenta con un overbooking notable. Dicho lo cual, si los problemas en defensa se acentúan y los resultados no llegan es fácil entrever que las críticas a la gestión de Joan Laporta y Mateu Alemany en este aspecto, que podrían ser justificadas, se instalen de forma instantánea en Can Barça.