Laporta y Florentino Pérez se peleaban por él, se fue a Portugal, fracasó y ahora negocia con el Valencia

No hace tanto tiempo, Iván Fresneda era considerado como uno de los grandes talentos de todo el fútbol español, e incluso comenzaba a asomarse como un candidato a debutar con la selección absoluta, tras pasar por las categorías inferiores, hasta llegar a la sub 19. En ese entonces militaba en las filas del Real Valladolid, y ya había conseguido convertirse en una pieza indispensable en el primer equipo, aunque aún estaba en edad juvenil.

Sus increíbles actuaciones en La Liga EA Sports le llevaron a estar en la agenda de algunas de las escuadras más importantes y poderosas del planeta, y el Barça o el Real Madrid eran algunos de sus pretendientes. Joan Laporta y Florentino Pérez buscaban a un nuevo lateral derecho, y se interesaron en su incorporación, aunque finalmente quedó descartada. Porque el zaguero nacido en el año 2004 consideraba que todavía no estaba lo suficientemente preparado.

Creía que era un salto demasiado grande en su carrera, y que por lo tanto existía un riesgo enorme de estancarse, y quedarse por el camino, como le ha pasado a tantos jóvenes futbolistas. Prefirió irse a un club donde pudiera seguir desarrollándose y tener un papel protagonista, y se decantó por el Sporting de Lisboa, donde esperaba tener una progresión similar a la de Pedro Porro, que había salido traspasado al Tottenham unos meses antes.

Pero por desgracia para Fresneda, las cosas nunca han acabado de salir como se podía esperar en Portugal. Tuvo una adaptación mucho más lenta y complicada de lo que se imaginaba, y apenas jugó en su primer año. Y en el actual curso, en el que tenía la fe de poder superar estos problemas y acabar asentándose como una pieza clave, sigue siendo un actor totalmente secundario, como demuestran sus estadísticas, ya que apenas ha disputado 233 minutos en ocho encuentros.

Algo que le empuja a querer hacer las maletas, y ya estaría en conversaciones con el Valencia para poder volver a España, y convertirse de este modo en uno de los primeros refuerzos de la era Carlos Corberán, el sustituto de Rubén Baraja en el banquillo.