Arteta hunde al Barça con la negociación más dolorosa para Laporta
El Arsenal quiere llevarse a un futbolista del Barça
Mikel Arteta puede hundir al Barça y firmar a una de las joyas más prometedoras que hay en la cantera. Porque el entrenador del Arsenal ha estado siguiente atentamente la progresión de Arnau Pradas, que desde hace tiempo avisan que es uno de los jugadores con mejor porvenir de toda La Masía. Fue compañero de Lamine Yamal y de Pau Cubarsí, y muchos esperaban que a estas alturas ya hubiera tenido su oportunidad con el primer equipo.
Pero en los dos anteriores años, su progresión parecía haber quedado estancada, y no acababa de dar un paso al frente. Algo que cambió este verano con la llegada de Juliano Belletti al puesto de técnico del Juvenil A, ya que desde el primer momento demostró una confianza brutal en sus habilidades, y esto le ha servido para poder rendir a su mejor versión. Y ahora mismo, ha ascendido al filial, y ha disputado varios encuentros en Primera RFEF.
La plaga de lesiones que existe en el cuadro de Albert Sánchez ha permitido al jugador nacido en el año 2006 tener su oportunidad, e incluso puede llegar a entrar en alguna convocatoria de Hans-Dieter Flick si sigue a este ritmo. Pero de momento, Joan Laporta y Deco le han castigado sin poder ejercitarse con el primer equipo hasta que no firme un nuevo contrato, ya que queda libre en junio, y quieren evitar que se revalorice sin estar blindado.
Por ahora no hay un acuerdo y en el Barça ya existe una preocupación más que lógica y evidente, pues no quieren perder a Pradas. Pero hay muchas escuadras que han comenzado a tantearlo, y el Arsenal sería el equipo que más interés ha mostrado. Arteta se habría tomado la molestia de hablar personalmente con Arnau para intentar convencerlo, y cambie la ciudad condal por Londres, donde le pagarían mucho más dinero.
Todavía no ha tomado una decisión, pero el riesgo de que acabe diciendo adiós y se marche al Emirates Stadium, y sin dejar ni un solo euro en las arcas, es considerablemente elevado.
Solo queda cruzar los dedos, y Laporta aún no tiene previsto tirar la toalla.