Rashford, en el punto de mira, sólo hay un camino para que sea titular en el Barça; un intocable queda fuera
Hansi Flick tiene un dilema de alto voltaje. Marcus Rashford pide paso y su rendimiento reciente obliga a mover piezas
En el FC Barcelona se avecina una decisión que puede marcar el rumbo del equipo en los próximos meses. Marcus Rashford ha caído de pie en el vestuario y su impacto en los entrenamientos y los últimos partidos no ha pasado desapercibido. Con velocidad, desborde y capacidad para castigar al espacio, el inglés representa una versión más directa y vertical del ataque azulgrana, algo que Flick valora enormemente.
Sin embargo, para darle un puesto fijo en el once, el técnico alemán tendría que mover ficha en el frente ofensivo. El problema es que la posición natural de Rashford, la de delantero centro o extremo izquierdo con libertad, coincide con la zona que ocupa Robert Lewandowski. El polaco, aunque sigue siendo una leyenda viva del gol, ha perdido peso en el sistema por su menor movilidad y su dificultad para adaptarse al ritmo de presión que Flick exige.
El dilema de Flick: Rashford o Lewandowski
El entrenador es consciente de que, con ambos en el campo, el equipo se parte. Rashford necesita metros por delante y velocidad en las transiciones; Lewandowski, en cambio, requiere un juego más posicional y centros al área. Dos estilos opuestos que, por ahora, no han conseguido convivir con fluidez.
En los últimos encuentros, Flick ha comprobado que el equipo gana en velocidad y capacidad de presión con Rashford, mientras que con Lewandowski gana en experiencia y remate. La duda está servida: mantener el peso de un líder veterano o apostar por el hambre de un jugador que encaja mejor en la idea moderna del técnico.
Dos sistemas, dos Barcelonas
Con Lewandowski en punta, el Barça mantiene su 4-3-3 clásico, buscando la posesión y el control. El polaco fija a los centrales y permite que Lamine Yamal y Raphinha actúen desde fuera hacia dentro. Pero cuando Rashford entra en escena, Flick apuesta por un 4-2-3-1 mucho más agresivo, con el inglés atacando el espacio, Pedri o De Jong acompañando en segunda línea y Yamal como extremo libre. El resultado es un Barça más imprevisible, pero también más expuesto atrás.
El mensaje interno es claro: solo hay sitio para uno. Rashford lo sabe y lo está demostrando en cada entrenamiento. Si mantiene su nivel, el cambio de jerarquías podría ser cuestión de tiempo. En el nuevo Barça de Flick, nadie tiene el puesto asegurado, ni siquiera un histórico como Lewandowski.