Ronald Araujo ya está de vuelta con el Barça. Después de varios meses en la enfermería por la lesión que sufrió a principios de verano con Uruguay, el central ya tiene el alta médica, lo que añade un problema para Hansi Flick, que hasta ahora, por falta de recursos, ha alineado en el eje defensivo la misma dupla, formada por Pau Cubarsí e Íñigo Martínez, y con un resultado excelente.

El principal problema es que Araujo no piensa asumir un papel de secundario, de suplente habitual. El uruguayo, que hasta hace poco estaba considerado uno de los líderes del vestuario, cayó en desgracia por su absurda expulsión contra el París Saint-Germain, hasta el punto de que antes de su lesión de dio por hecho de que iba a salir traspasado.

Araujo necesita jugar para seguir en el Barça

La lesión rompió cualquier opción de salida, por lo que Araujo es consciente de que en la segunda vuelta de la temporada se juega su continuidad en el Barça. Debe demostrar su calidad, su nivel, y para ello necesita ganarse la titularidad a las órdenes de Flick. Si se convierte en suplente no podrá demostrar nada y el Barça le empujará a salir en verano, aprovechando que tiene ofertas interesantes encima de la mesa.

Araujo no se quiere ir, es feliz en Barcelona, por lo que hará todo lo posible para seguir. Y sabe que su principal rival es Cubarsí, que en un tiempo récord se ha convertido en unos de los pilares del Barça de Flick. La competencia es dura, además de que Araujo sabe que Cubarsí es uno de los grandes ídolos de la afición, por su juventud y por tratarse de un jugador surgido de la cantera.

Cubarsí no le hace no caso a Araujo

Pau Cubarsí, de hecho, ya ha tenido que escuchar algunas críticas desde dentro del vestuario y todas las sospechas apuntan hacia Ronald Araujo, que estaría buscando la forma de quitarle méritos a los éxitos que está acumulando Cubarsí. 

El central catalán, discreto y trabajador, no piensa entrar en provocaciones. Está centrado en hacer su trabajo, en mejorar día a día. Tiene la confianza de Flick y del club, por lo que Araujo tiene poco que hacer.