Ni Pedri se salva de la criba: Flick, obligado a una revolución

Ni un jugador del Barcelona se salvó en el Clásico

El FC Barcelona atraviesa uno de sus momentos más delicados de la temporada. La dura derrota en el Clásico ha encendido todas las alarmas dentro del club, y Hansi Flick se ve obligado a tomar decisiones drásticas. El técnico alemán no puede seguir mirando hacia otro lado: el equipo no compite, no reacciona y está lejos del nivel que se espera de una plantilla de esta categoría.

El bajón es general y Pedri tampoco se libra

El mal momento del Barça no tiene un solo culpable. Son muchos los jugadores que están muy por debajo de su nivel, y lo más preocupante es que ni Pedri se salva. El canario, símbolo del talento y la esperanza azulgrana, completó un Clásico nefasto, sin ritmo, sin creatividad y con errores impropios de su calidad. Su expulsión fue la imagen perfecta de un equipo desbordado, sin control ni carácter.

La situación ha llevado a Flick al límite. En el club reconocen que el entrenador ha perdido la paciencia y que prepara una auténtica revolución en el once. Ya no habrá intocables. Solo Szczęsny, y a duras penas, mantiene algo de crédito tras su rendimiento bajo palos. El resto está bajo revisión, y las próximas jornadas podrían traer cambios profundos tanto en la alineación como en el planteamiento táctico de un equipo que parece que ha perdido el rumbo.

Flick, obligado a reaccionar

La presión sobre Hansi Flick es máxima. El técnico sabe que debe reaccionar ya o su proyecto se derrumbará antes de consolidarse. El vestuario necesita un golpe de autoridad, una sacudida que devuelva la intensidad y la ambición que caracterizaban al Barça de otras épocas. Sin embargo, hasta ahora, el entrenador alemán no ha encontrado el camino para despertar a un equipo que parece sin alma.

Así pues, la revolución en el Barça es inevitable. Flick tiene la misión de cambiarlo todo: desde la mentalidad hasta los nombres en el once. Ni Pedri se libra de la crítica ni de la criba. El Clásico ha dejado al descubierto todas las carencias, y ahora solo hay una opción: reaccionar o caer. Porque si algo ha quedado claro, es que el Barça, tal como está, no da la talla.