Laporta y Deco, molestos porque creen que ha cerrado un acuerdo para dejar el Barça
El Barça ya no se plantea la continuidad de Lewandowski
En el FC Barcelona ya no esconden su malestar con Robert Lewandowski. El delantero polaco, que llegó para liderar el nuevo proyecto tras la era Messi, atraviesa su momento más complicado desde que viste de azulgrana. Su rendimiento ha caído en picado, sus goles ya no llegan con la misma frecuencia y su actitud ha despertado sospechas en el vestuario y en los despachos. En el club, además, tienen clara una cosa: ya no cuentan con él para el futuro.
Tanto Joan Laporta como Deco consideran que el ciclo de Lewandowski en el Barça está agotado. Pero lo que realmente les molesta no es su bajón deportivo, sino la causa que hay detrás. En los últimos meses, el polaco habría mantenido contactos con varios clubes europeos y de ligas exóticas con vistas a una posible salida en 2025, algo que ha influido directamente en su rendimiento. En el club creen que el delantero ya no está centrado, que su cabeza está fuera y que esa desconexión se nota cada vez que pisa el campo.
En el Barça creen que Lewandowski se ha desconectado por las negociaciones
Y es que antes incluso de su lesión, Lewandowski ya mostraba una preocupante falta de chispa, una pérdida de confianza y gestos que evidenciaban su distanciamiento emocional del proyecto. En el cuerpo técnico lo achacaron inicialmente a un bajón físico, pero la directiva lo interpreta de otra forma: el delantero se habría relajado al saberse con la puerta de salida abierta y sin opciones de seguir ni un año más como culé.
De este modo, el Barça no se opondrá a su marcha si llega una oferta interesante, pero en el club se sienten decepcionados. Lo que no aceptan es que un jugador de su experiencia y liderazgo haya permitido que las negociaciones externas afecten su rendimiento en un momento tan delicado para el equipo.
Así pues, la etapa de Robert Lewandowski en el Barça parece tener fecha de caducidad. Su adiós no sorprende a nadie, pero duele comprobar que, quizás, su desconexión empezó mucho antes de que sonara el pitido final.