Laporta activa su venta en enero, a pesar de ser de lo mejor del Barça

La venta de Fermín puede ser muy delicada

El FC Barcelona vive un escenario inesperado: uno de los jugadores más determinantes de la temporada puede estar viviendo sus últimos meses en el club. Fermín López, actual máximo goleador del equipo en lo que va de curso, se ha convertido en una de las piezas más valiosas de la plantilla. Su irrupción, energía y capacidad para aparecer en los momentos decisivos lo han llevado a ser señalado por gran parte de la afición como una de las mejores noticias del Barça en mucho tiempo. Sin embargo, en los despachos se mueve una realidad muy distinta: Joan Laporta ha activado su venta para enero.

Venta dolorosa, pero necesaria para cuadrar cuentas

Y es que la situación económica del club sigue siendo límite. La necesidad de generar ingresos inmediatos obliga a mirar hacia el mercado de invierno con una perspectiva fría. De este modo, la dirección deportiva ha dado luz verde a estudiar ofertas a partir de una cifra muy elevada, conscientes de que Fermin no solo es importante en lo deportivo, sino que su valor de mercado está disparado.

El equipo que ya ha mostrado mayor interés es el Chelsea, dispuesto a pagar un traspaso significativo en enero para reforzar su plantilla con un perfil joven, explosivo y con llegada al área. En Inglaterra lo siguen desde hace meses y consideran que su crecimiento podría ser aún mayor en la Premier League. El Barça, por su parte, sabe que no puede competir con el músculo económico de los londinenses.

Fermin, de ser imprescindible a moneda de cambio

La realidad es que, dentro del vestuario, nadie entiende cómo uno de los pocos jugadores que está rindiendo a un nivel sobresaliente puede acabar fuera en pleno invierno. Fermin se ha ganado cada minuto en el campo, y su aportación goleadora lo confirma como un futbolista clave para Hansi Flick y para el futuro del club. Pero los números mandan, y en el Camp Nou hace tiempo que el criterio deportivo quedó subordinado a la urgencia financiera.

Y es que vender a un jugador tan decisivo parece un sinsentido, pero para Laporta es una vía rápida de ingreso sin afectar a las fichas más altas de la plantilla. El sacrificio tiene nombre y apellido, y en enero podría hacerse realidad.

Así pues, el Barça podría perder a uno de los mejores talentos emergentes del fútbol español por una decisión dictada por la economía, no por el fútbol. Los aficionados ya lo lamentan: lo mejor del equipo puede acabar triunfando… pero lejos de Barcelona.